El cayote, alcayota o calabaza blanca (Cucurbita ficifolia) es una planta rastrera originaria del continente americano cuyo cultivo se ha extendido a todo el mundo, gracias al aprovechamiento gastronómico que se puede hacer de la mayoría de sus componentes. Mientras las flores y brotes pueden consumirse como verduras, su fruto, debido a su alto contenido de azúcares, resulta ideal para la elaboración de dulces y confituras.
Se trata de una planta herbácea anual de hábitos rastreros, cuyo tallo verdoso puede alcanzar los 5 metros (aunque no es raro que se produzcan ejemplares que lleguen a los 15 metros de extensión), a lo largo de los cuales arroja zarcillos que utiliza para adherirse y trepar en la vegetación vecina.
Sus hojas pecioladas de considerable tamaño y color verde oscuro, tienen un aspecto similar a las de la higuera. Las flores también son grandes y presentan pétalos carnosos de color amarillo o anaranjado. Por su parte, el fruto tiene forma oblonga y puede alcanzar un diámetro de alrededor de 25 a 30 centímetros de diámetro y pesar entre 5 y 6 kilogramos.
Al principio, el fruto del cayote es de color verde y al llegar a la madurez presenta una epidermis con un color de fondo blanquecino con un reticulado irregular de color verde. Internamente presenta una estructura similar a la sandía, con una pulpa seca, fibrosa, de color claro y sabor dulce.
Las plantas de cayote se cultivan principalmente en zonas donde predominan los climas templados a templado-cálidos, siendo muy agradecidas de las condiciones de día largo. Dependiendo del área climática donde se las siembre, pueden ser anuales en las zonas templadas y perennes en las tropicales, y en ambos casos se debe tener cuidado de que las heladas no las afecten durante el primer año de vida.
Si bien el cayote puede crecer en varios tipos de suelos y es capaz de tolerar la falta de nutrientes, se desarrolla mucho mejor en aquellos terrenos capaces de retener humedad y que disponen de un buen sistema de drenaje.
Esta planta se puede reproducir por esquejes, acodos y semillas. Éstas últimas se siembran en primavera-verano en forma directa, colocando de dos a tres semillas por golpes a 3 o 5 centímetros de profundidad, separadas a 25 centímetros con una fina capa de tierra para protegerlas del sol. La época de siembra ideal es en primavera-verano.
Cayote: Riego y cosecha
Desde su siembra y hasta la aparición del primer fruto, es necesario mantener un riego frecuente, debido a que es el período en el que la planta de cayote necesita de una abundante provisión de agua para su crecimiento.
Una vez que los frutos de cayote han llegado a la madurez (5 o seis meses después de la siembra), se puede proceder a su cosecha. Para evitar daños, la recolección debe hacerse en forma manual utilizando una tijera de podar y depositándolos en cajas forradas con papel.