«Espárragos, espárragos, se sirven en la mesa, se dan a tía Teresa» dice la canción popular. Alimento y sabor se unen en esta planta herbácea, rizomática, de tallos suculentos. Alimento de lujo, ya que en muchos países conseguir un «paquete» o «atadito» de espárragos es bastante costoso, debido principalmente a la demora en la formación de sus tallos comestibles. No obstante, su cultivo es muy redituable, y la Asparagus officinalis se adapta a todos los climas del globo. Aquí, brindaremos algunos tips y consejos para incluirlo en esa maravillosa huerta que algunos y algunas, ricos de corazón, poseen en sus hogares.
Lo que comemos del espárrago son sus tallos jóvenes y aéreos, que crecen y se ramifican, sostenidos por garras que se expanden bajo la tierra. Si bien se recomienda siempre alternar los cultivos para no desgastar la tierra, es bueno saber que el espárrago es una planta perenne, con una expectativa de vida de hasta 10 años. Existen tres variedades comúnmente conocidas de espárragos: verdes, blancos y morados.
Siembra y cultivo del espárrago paso a paso
Para incorporar esta planta desde cero, es decir, desde la semilla, debe primero obtenerse la raíz o garra, la cual habrá de trasplantarse a tierra, donde habrá que esperar hasta dos años. Pasado ese período, la garra o raíz comenzará a brindar sus primeros tallos. Esta recolección se realiza en épocas de visita de Prosérpina, de renacimiento de la vida, es decir, en primavera.
Lo fundamental, como habrá de comprobarse con la experiencia, es garantizarle al espárrago un buen suelo. Si logramos esto, podemos estar seguros de que tendremos espárragos por al menos diez años. Lo demás, es cuestión de seguir de cerca el dictado de la naturaleza: en verano se plantan las raíces, rizomas o garras, y tras tres o cuatro semanas tendremos el milagro de la vida asomando sobre la tierra.
Consejos para un óptimo rendimiento del espárrago
Para un buen cultivo, una buena siembra. El suelo arenoso es más propicio, especialmente en climas fríos, para cultivar espárragos. El abono también cuenta, especialmente el boro, el fósforo y el potasio. Las canaletas para plantar las garras del espárrago necesitan, tanto en ancho como en profundo, unos 30 cm. Una vez colocadas, deben cubrirse con tierra hasta la mitad de la zanja, la cual se irá agregando hasta llegar al borde a medida que los brotes crezcan.
En cuanto al riego, es imprescindible en verano, aunque la necesidad de agua disminuye para el espárrago durante el estío. En primavera, por su parte, el riego es leve, cuidando que las yemas no se abran. En cuando al modo, tanto el sistema de goteo, como de aspersión o surcos, son válidos para cultivo de espárragos.
