La arañuela roja (Tetranychus urticae) o araña roja, es un ácaro microscópico que se alimenta de células vegetales, y por ende responsable de grandes destrozos en los cultivos.
Los tomates, como otras hortalizas, son extremadamente sensibles a su infestación. La planta afectada puede perecer en cuestión de días si no se toman cartas en el asunto.
La araña o arañuela roja
Este ácaro mide medio milímetro, pero es sumamente prolifero. De color rojizo, aunque dependiendo del ambiente también puede ser verde.
La araña roja vive de 15 a 30 días, se la ve cuando la humedad es baja y las temperaturas altas. Estas condiciones climáticas hacen que se propague con celeridad.
En 14 días completa su ciclo vital, de huevo a adulto, por lo que en cuestión de horas se convierte en plaga que acaba con cultivos enteros generando perdidas de 70 a 780% de la producción.
Es capaz de sobrevivir en cultivos grandes como también en las plantas que están en invernaderos, y el primer indicio de su presencia son telarañas en hojas y tallos.
Consecuencias de la infestación de araña roja
Cuando una tomatera está infectada de arañuela roja empieza a mostrar manchas amarillentas en sus hojas y frutos. La planta ya no es capaz de realizar la fotosíntesis de manera eficaz por lo que se reduce considerablemente la producción de frutos.
A su vez, las heridas que causa la araña roja en las hojas son una puerta de acceso de otras plagas como virus u hongos.
Cómo combatir la araña roja
Prevención
Es importante evitar la infestación de la plaga ya que es un ácaro bastante complicado de erradicar y en poco tiempo causa estragos.
Por ello, hay que vigilar de cerca las tomateras y accionar ante el primer indicio de enfermedad.
Manteniendo una humedad relativa y temperatura correcta se puede reducir el riesgo ya que este ácaro surge cuando hay poca humedad y mucho calor.
Hay que mantener la planta húmeda para evitar que las hojas se sequen, eliminar malas hierbas circundantes y regar de manera adecuada.
Control biológico de la arañuela roja
Para evitar el uso de pesticidas o agentes químicos que puedan dañar toda la fauna del cultivo, se pueden implementar técnicas biológicas que ayudan en la eliminación de la plaga.
Depredadores de la araña roja
Amblyseius californicus
Es un ácaro devorador que se alimenta principalmente de tetraníquidos, y tiene especial predilección por las especies del género Tetranychus.
Es voraz en todos los estados de araña roja, pero prefiere comer los huevos y estados inmaduros.
Phytoseiulus persimilis
Es un ácaro del género Phytoseiulus de la familia Phytoseiidae. Cuando se lo distribuye en las hojas afectadas del cultivo controla eficazmente las poblaciones de Tetranychus urticae y otros ácaros de la misma familia. Se utiliza mucho para el cuidado de cultivo de hortalizas en invernadero.
Neoseiulus californicus
Es un ácaro que pertenece a la familia Phytoseiidae, devora varias especies de arañuela roja.
Es un depredador muy polífago ya que se puede alimentar de polen, trips y otros ácaros, razón por la que se lo suele introducir en cultivos de manera preventiva.
Resiste altas temperaturas y baja humedad.
Feltiella acarisuga
Es un gran depredador de la araña roja. Sólo come en estado de larva y es capaz de alimentarse de todos los estados de la araña, aunque prefiere sus huevos.
Stethorus Punctillum
Stethorus punctillum, es un destructor de ácaros menores o especialmente de la araña roja, es una especie de mariquita de la familia Coccinellidae.
Amblyseius andersoni
Es un ácaro depredador que suele aparecer de manera espontánea en vides y frutales. Vive una semana y a temperaturas que rondan los 23 grados.
Es un gran devorador de diversos tipos de ácaros, e incluso puede sobrevivir comiendo polen o melaza cuando no tiene presas que cazar.
Control químico de la araña roja
Cuando no es posible implementar el control biológico de la arañuela roja, hay que recurrir a un control químico de la plaga.
Este puede hacerse con compuestos de nula toxicidad como otros que tienen una toxicidad media.
El control mediante compuestos ecológicos como aceite de neem, jabón potásico o purín de cola de caballo es efectivo sólo cuando la plaga está recién instalada y no se ha extendido.
En cambio, si el problema es mayor hay que recurrir al azufre agrícola. Este se debe espolvorear sobre toda la planta afectada y las circundantes, cubriendo hojas y tallos.
En casos en los que no se puede controlar mediante técnicas ecológicas, no queda alternativa que recurrir a acaricidas específicos para la araña roja. Es importante que no sean de amplio espectro, ya que pueden acabar con la fauna beneficiosa.
Estos químicos son de toxicidad media, actúan de forma tópica y sistémica. Deben aplicarse cada 15 días y repetir el proceso hasta acabar con la plaga, una vez concluido se debe esperar un mes para cosechar los tomates, ya que antes son nocivos para la salud.
Fuente. Agroptima
Foto: Wikimedia