Se conoce con el nombre común de Okra (Abelmoschus esculentus) a una planta fanerógama originaria de África cuyo cultivo se ha extendido a la mayoría de las regiones tropicales, subtropicales y templadas del mundo, gracias a sus vainas comestibles y a la vistosidad de su follaje y flores.
Se trata de una especie perenne, a menudo cultivada como anual en climas templados, que por lo general crece hasta alrededor de 2 metros de alto. Se relaciona con especies tales como el algodón , el cacao y el hibisco. Las hojas son de 10 a 20 centímetros de largo y ancho, palmeado lobuladas con 5 a 7 lóbulos. Las flores tienen de 4 a 8 centímetros de diámetro, con cinco pétalos de color amarillo a blanco, a menudo con un punto rojo o púrpura en la base de cada pétalo.
El fruto de la okra es una cápsula hasta 18 centímetros de largo con sección transversal pentagonal, que contiene numerosas semillas.
Es una de las especies vegetales más resistentes al calor y la sequía en el mundo y tolera suelos con arcilla pesada y la humedad intermitente, pero las heladas pueden dañar las vainas. Por eso, en algunas zonas se la suele cultivar en macetas para facilitar su traslado a lugares protegidos durante las épocas de bajas temperaturas.
Para su cultivo, las semillas de okra se remojan durante la noche antes de proceder a su siembra a una profundidad de 1 a 2 centímetros. La germinación se produce por lo general a los seis días; si no es sometida a remojo, la simiente tiende a germinar aproximadamente a las tres semanas posteriores a la siembra.
El mejor momento de la siembra es cuando la temperatura comienza a permanecer por encima de los 13 o 16° C y una vez superados todos los peligros de las heladas. Si el cultivo se realiza en macetas, se debe pulverizar agua para dejar el sustrato bien húmedo y ubicar el contenedor en un lugar bien iluminado (al menos 5 a 6 horas de luz solar son esenciales) y cálido. Cuanto más calor reciba, más rápida será la germinación.
El sustrato indicado para el cultivo de la okra puede ser tierra enriquecida con materia orgánica. También se puede añadir un montón de compost para proporcionar el suministro constante de nutrientes a la planta. Como siempre, es importante asegurarse de que se disponga de un buen drenaje.
Okra (Abelmoschus esculentus): Riego y cosecha de las vainas
Esta planta requiere un suelo ligeramente húmedo, debiéndose aplicar agua regularmente para mantener el suelo uniformemente húmedo y particularmente más desde el principio del período de floración y hasta el final de la producción de los frutos.
La okra necesita una recolección frecuente. Florece alrededor de dos meses a partir de la siembra, y los frutos aparecen 5 a 7 días después de la floración. Los frutos o vainas se cosechan cuando todavía estén tiernos. De lo contrario, se vuelven fibrosos y demasiado duros para ser comidos.
Idealmente, la longitud de recogida es de entre 7,5 a 12,7 centímetros. Muy bajo en calorías (25 a 40 kcal por 100 g), la okra es una verdura rica en vitaminas A, C y P, y muchos minerales.