También conocido como Cardón, Aguacolla, Cactus monstruoso, Quisco, Tunilla, Cactus de cerco o Quisca, este cactus de abultadas ramas es endémico de Perú, y puede encontrárselo en gran parte de América del Sur, especialmente en el norte argentino y el sur de Brasil. Si buscas un cactus que cobre proporciones «monstruosas», quizás el Cereus, que alcanza hasta 15 metros de alto, sea lo que necesites.
El Cereus Peruvianus es un cactus que muchos paisajistas están considerando en la actualidad, por sus dimensiones y sus flores blancas, que aparecen durante el verano y se abren por las noches, sí, como estrellas de hasta 16 cm de diámetro.
Características y mantenimiento del cactus Cereus Peruvianus
Eso sí, para que florezca hay que esperar unos cinco años, y lo hará más frecuentemente si se lo planta en la tierra. En cuanto al cactus en sí, sus ramas poseen un color azulino, que toma matices grises con los años.
Como todo buen cactus, su mantenimiento no importa grandes cuidados. Al contrario, es una de las especies de mayor resistencia, aunque es cierto que tiene algunos requisitos para crecer con mayor vigor. Entre ellos, la necesidad de mucho sol al ser adulto, pero de momentos de un poco de sombra mientras es joven.
Si bien el riego ideal para el Cereus Peruvianus es de frecuencia semanal, no pasa nada si debe enfrentar grandes vendavales de lluvia. Cuando llega el frío, casi no necesita riego, con una o dos veces al mes es suficiente.
Reproducción del cactus Cereus Peruvianus
Esta planta se reproduce con mucha facilidad por medio de esquejes. Para ello, es preciso cortar una rama, preferentemente donde se halle un nudo, de lo contrario, en algún sitio que no perjudique el total del cactus. De ser posible, puede agregarse cicatrizante para plantas en el área podada.
Una forma de garantizar el enraizamiento es mediante hormonas específicas, las cuales se consiguen en tiendas especializadas ya sea en forma de polvo, o líquidas. Quizás las hormonas de enraizamiento líquidas sean más sencillas de manipular, aunque eso va en cada una. Como opción, se puede rociar el esqueje con canela, a modo de fungicida, de modo de acrecentar el efecto de las hormonas.
Las raíces tardan alrededor de una semana en aparecer. Cuando las mismas sean visibles, el esqueje puede plantarse, tomando como precaución no enterrarlo demasiado. También es preciso ver que la herida del esqueje haya cicatrizado, a fin de que no se contagie de hongos una vez en tierra.
En cuanto a la maceta, es bueno procurarle a este cactus un espacio donde expandirse. Para un crecimiento y drenaje óptimo la maceta debe contener tierra y arena en partes iguales.