Existen macetas de distintos formatos y materiales, compradas o fabricadas en en el hogar, deben cumplir con algunas condiciones para que prospere la plantación.
Los materiales que mejor se adaptan a las necesidades de las plantas son la arcilla, la madera, la piedra o el cemento compactado. En segundo lugar están los plásticos, las fibras de vidrio o piedras reconstituidas.
Es primordial que el recipiente esté perforado en la base para evitar el exceso de agua.
De cualquier material que estas sean, deben cumplirse tres pasos fundamentales:
- Hacer agujeros de drenaje de agua
- Elegir un tamaño de maceta acorde al tipo de planta que se desee cultivar
- Que la maceta tenga un peso adecuado que permita trasladarla cuando sea necesario.
Armado y cultivo
Es necesario colocar en la base una capa de 2 o 2,5 cm de laca; también puede ser piedra partida, macetas rotas, trozos de ladrillos o canto rodado. Agregar una mezcla preparada de tierra fértil, abono o arena. Es importante dejar hasta 1 cm antes del borde de la maceta, para permitir su riego. Deben sembrarse plantas no muy exigentes en tratamientos de luz, resistentes a variaciones climáticas y a eventuales enfermedades.
Tierra y riego
Es necesario que la tierra sea rica en nutrientes: nitrógeno, fósforo, magnesio, potasio, hierro, fertilizantes básicos y Compost. Las macetas deben ser regadas por lo menos una vez al día durante el verano mediante una regadera.