Árboles ornamentales: Ginkgo biloba

El Ginkgo biloba, conocido también como Árbol de los cuarenta escudos, es el único representante de su familia y tiene la particularidad de que sólo se conoce como especie cultivada, no habiéndose detectado hasta ahora ejemplares en estado natural.

Esta planta, originaria de la región oriental de Asia, se desarrolla como un árbol de gran tamaño, llegando a superar los 20 metros de altura y alcanzando un diámetro máximo de 15 metros.

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El Ginkgo biloba posee una copa estrecha, algo piramidal y formada por uno o varios troncos. Sus ramas se presentan gruesas y rígidas, y por lo general lucen rectas y empinadas. Su corteza evidencia hendiduras y surcos bien profundos y suele ser de color marrón grisáceo.

Sus hojas caducas, con forma de abanico, son de color verde medio y son recorridas por nervaduras longitudinales sin bifurcación, una muestra que recuerda que se trata de una especie que apareció en el planeta hace millones de años y que ha mantenido intactas varias de sus características originales.

Estos órganos foliares se encuentran agrupadas en ramilletes sobre ramitas cortas, y con la llegada del otoño adquieren un color amarillo oro muy atractivo.

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Las flores del Ginkgo biloba son de color levemente amarillento. Las masculinas tienen forma de amento y las femeninas poseen dos óvulos desnudos sostenidos por un pedúnculo fino y largo. Dichos órganos, luego de fecundados, se transforman en semillas que al madurar toman el tamaño similar al de una aceituna y se tornan de color amarillo.

Los ejemplares masculinos de esta especie tienen sus inflorescencias agrupadas en amentos cilíndricos, muy numerosos y que nacen en los brotes cortos. En los femeninos, las flores se encuentran en grupos de dos o tres.

Cabe acotar que los árboles hembra del Ginkgo biloba no son indicados para su cultivo en lugares públicos, y esto se debe a que sus semillas están recubiertas por un tegumento carnoso con alto contenido de ácido butírico del que se desprende un olor desagradable que puede saturar la zona que rodea al árbol.

El cultivo de este árbol que es considerado un verdadero «fósil viviente» puede hacerse a partir de semillas o de esquejes.

En el primer caso, se extrae un gajo joven o medio maduro de cerca de 15 centímetros de largo a fines de la primavera o durante la primera mitad del verano. También se pueden obtener esquejes de madero maduro del crecimiento del año actual, extrayendo gajos de unos 30 centímetros de longitud a principios del verano. Esta técnica es la preferida por muchos, ya que permite asegurar el sexo del nuevo ejemplar.

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Gingko biloba: Reproducción por semillas

Si el cultivo es por semillas, las mismas deben recolectarse en otoño para luego remover su cubierta carnosa, para ello se las coloca en un recipiente con agua caliente y se comprime la cubierta y estruja afuera la semilla con los dedos. Es importante utilizar en ambas tareas guantes que impidan que el ácido que las cubre tome contacto con la piel.

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A continuación, las semillas se lavan, se dejan secar bien y se guardan en un lugar fresco y seco hasta el momento de su siembra.

Los ejemplares de Ginkgo biloba soportan bien las bajas temperaturas, necesitan una exposición soleada y suelos profundos, fértiles, ácidos o neutros y bien drenados.

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Ruben
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