La reproducción o propagación asexual consiste en desprender partes del cuerpo de un individuo ya desarrollado, que por procesos mitóticos, son capaces de formar un individuo completo genéticamente idéntico a él. Una de las modalidades más comunes para obtener nuevas plantas es por medio de “esquejes” o “gajos”. Así nos aseguramos una planta idéntica a la planta madre, repitiendo sus características.
Además así propagamos plantas sin utilización de semillas (muchas son muy difíciles de hacer germinar), evitamos períodos juveniles muy prolongados, y es muy económico. Acá te contamos más sobre cómo lograr reproducir plantas a partir de esquejes.
Existen diferentes formas de hacer esquejes, según la fase del periodo de crecimiento en que se corten:
De brotes
Estos esquejes se cortan en primavera de puntas de brotes de crecimiento rápido. Los ramas tiernas se cortan algo más tarde que los anteriores, cuando el crecimiento apical de los brotes se ha hecho más lento, pero todavía están verdes. Hay que cortar un pedazo tierno y vivo de la planta progenitora. Meter en un recipiente con agua hasta que desarrolle raíces. Este paso puede ser omitido, y continuar con el siguiente si es necesario, ya que, con algunas plantas, los esquejes se pudren antes de desarrollar raíces. En caso de duda, lo mejor es probar de ambas formas. Lo más probable es que ambas funcionen.
De ramas semilignificadas o semileñosas
Estos esquejes se cortan a finales de verano, cuando el crecimiento ha disminuido, y los tallos son más gruesos y fuertes. Se utiliza mucho para arbustos (Madreselva, Jazmín, Dama de noche, Ligustro, etc.), pero también sirve para árboles. Estaquillas con una longitud de unos 15 cm y que lleven 2 ó más nudos. El corte de la base debería realizarse justo por debajo de un nudo. Hay que quitar las hojas inferiores dejando sólo los 2 ó 3 pares del extremo.
De ramas lignificadas o leñosas
Se toman de árboles y arbustos de hoja caduca, durante el periodo de latencia, ramas ya leñosas, también llamadas estacas. Corta trozos de tallos leñosos de unos 12-15 cm. de longitud que posean al menos 1 nudo o yema. Por la base se da un corte recto y por el extremo uno sesgado, justo por encima de la última yema. Se entierran dejando asomar sólo unos 3 cm.
En todos los casos, enterrar en la tierra el esqueje y regar muy regularmente, más de lo común. Para garantizar el resultado, algunos impregnan la base del esqueje con hormonas de enraizamiento, que estimulan la emisión de raíces, aunque no es imprescindible. Las hormonas se venden en forma de polvo o de líquido. Ante todo es preciso que los esquejes sean arrancados de la planta madre con un cuchillo bien cortante, especialmente los herbáceos. El mantillo donde se plantan debe ser blando y permeable para que las pequeñas raíces puedan extenderse y para que el agua de los riegos no se estanque. Se emplean generalmente tierras arenosas.
También es posible hacer reproducciones por esquejes de bulbos, hojas y de la propia raíz.
