Asociada principalmente a la producción de la cerveza, el lúpulo (Humulus lupulus) es una planta que también puede cumplir un fin ornamental en un jardín y cuya facilidad de cultivo lo convierten en una especie ideal para quienes recién se inician en la actividad.
Proveniente de las zonas húmedas y frías del continente europeo, es una planta vivaz dioica que desarrolla tallos volubles anuales que se enroscan en cualquier estructura que pueda servirle de soporte, lo que permite usarlas como cobertura de vallas y muros, y resulta menos invasiva que otras especies.
Dependiendo de las condiciones de cultivo, los ejemplares de lúpulo pueden crecer hasta alcanzar alrededor de los ocho metros de altura. Sus hojas palmato divididas, provistas de tres a cinco lóbulos dentados, lucen un color verde oscuro. Tiene flores masculinas y femeninas que aparecen en plantas diferentes a mediados de la temporada estival. Las primeras se reúnen en panículas y son amarillo verdosas, mientras que las segundas se presentan agrupadas en amentos y son de color verde claro.
Precisamente los rizomas de la planta femenina producen las flores y se parecen a esquejes de raíz, pero en realidad se trata de verdaderos tallos y tienen brotes que crecen de ellos y que luego se convertirán en nuevas viñas. Las plantas masculinas no son tan atractivas y no son necesarias para conseguir las flores que sirven como saborizante y estabilizador de la cerveza.
El lúpulo puede propagarse a partir de semillas, pero requieren un período de latencia para germinar. Otro método más sencillo de propagación es a través de esquejes de raíz o por división del cepellón.
Se trata de una especie resistente al frío. En invierno y en estado de reposo puede soportar hasta -20 °C, aunque las temperaturas extremadamente frías pueden provocar daños durante la época vegetativa. Los climas ideales para su cultivo son los frescos y húmedos con veranos templados, con temperaturas promedio que ronden los 18 °C.
Las plantas de lúpulo crecen mejor si se las cultiva a pleno sol o con sombra parcial, en suelos profundos, bien drenados, y neutros o ligeramente ácidos.
Lúpulo: Riego y poda
En cuanto a sus requerimientos de humedad, el lúpulo suele necesitar un riego regular cuando aún es joven, pero una vez que se convierte en un ejemplar adulto puede resistir períodos de sequedad.
La parte aérea de esta planta muere con la llegada del invierno, sobreviviendo solo los tallos y las raíces ubicadas bajo la superficie. Este será el momento de podar todas las ramas a ras del suelo a la espera de que la planta vuelva a brotar en primavera.
Es importante deshacerse completamente de las partes podadas del lúpulo, ya que éstas pueden enraizar fácilmente si se las deja botadas en la tierra.