La agricultura urbana brinda la posibilidad de armar huertas familiares en pequeños espacios, como balcones, azoteas, o distintos rincones en el interior de una vivienda, pero también contempla el aprovechamiento de superficies algo más amplias, como un jardín ornamental, en el cual se puede armar un cantero especialmente acondicionado para la producción alternativa de alimentos vegetales.
Para comenzar con el trabajo de instalación de un huerto, se debe seleccionar el lugar del jardín que mejor se adecue a ese fin, teniendo siempre en cuenta las especies vegetales que se van a cultivar.
Uno de los factores más importantes hace referencia a la disponibilidad de luz que el cantero tendrá durante las distintas épocas del año, debido a que las hortalizas necesitan de la luz solar para obtener energía a través del proceso de fotosíntesis. También debe valorarse la calidad del suelo, debiéndose en algunos casos enriquecerlo mediante la adición de sustratos orgánicos, como el compost de las lombrices rojas californianas o la fibra de coco.
Una vez elegido el lugar, se procede a limpiar el mismo de las malezas, a eliminar los hormigueros y a controlar la presencia de otros insectos, como el grillo topo y gusanos.
Una vez terminada la labor de erradicación de malas hierbas y plagas, se debe roturar y emparejar la superficie del futuro huerto con una tabla y delimitar el cantero con la ayuda de una azada. Es recomendable que el mismo tenga un ancho de entre 70 centímetros y un metro, para facilitar el trabajo del agricultor urbano.
El cantero debe quedar perfectamente horizontales, para evitar que el agua de las lluvias o el riego escurra en una sola dirección y termine erosionando la superficie o acumulándose en las zonas más bajas del terreno, provocando encharcamientos.
El trazado de los surcos debe realizarse teniendo en cuenta el espacio que necesita cada especie para su desarrollo normal. Habitualmente, las distancias entre los surcos se calculan como mínimo de 15 a 30 centímetros, pero siempre es recomendable asesorarse correctamente sobre cuáles son los valores adecuados para cada tipo de vegetal que se desea cultivar.
Las características de cada especie de hortaliza también influyen en su método de cultivo:
- Siembra por asiento: Cuando se coloca la semilla directamente en el suelo. Es la adecuada para acelga, apio, chaucha, choclo, espinaca, lechuga, nabo, pepino, perejil, radicheta, rabanito, remolacha, zanahoria, zapallito y zapallo.
- Trasplante: Consiste en plantar las semillas en almácigos; una vez que las nuevas plantas germinadas presentan varias hojas verdaderas, se procede a su trasplante a los canteros. Se utiliza para el cultivo de berenjena, brócoli, cebolla, coliflor, hinojo, pimiento, puerro, repollo y tomate, entre otras especies.