Muchos pequeños agricultores han encontrado en la siembra de la frutilla una fuente de ingresos para todo el año. Esto es así en tanto se trata de una planta ideal para invernadero, que crece tanto en suelo como en hidroponía o en recipientes o macetas. Con una adecuada preparación, la cosecha resulta exitosa y se puede disfrutar o comercializar este dulce fruto en cualquier estación.
La frutilla de invernadero necesita especial atención en seis aspectos básicos: la luz, el control fitosanitario, la humedad, la nutrición, la distribución y la distribución. Es importante que el clima general sea templado dentro del invernadero, con temperaturas que ronden entre los 13 y 15 °.
Cuestiones generales de la frutilla en invernadero
Una pauta de que la planta de frutilla está creciendo con vigor y dará buenos frutos es el tamaño de la hoja, si las hojas son grandes, lo más probable es que la cosecha sea favorable. El ambiente debe estar bien iluminado y no debe faltar la circulación del aire.
En este sentido, el exceso de calor de la luz artificial se compensa humectando el suelo a la vez que empleando riego por aspersión, es decir, pulverizando el agua sobre las plantas. Por otra parte, hay que cuidar que la iluminación sea homogénea durante todo el año. Así que, si bien el invernadero debe permitir el paso de la luz solar, es conveniente cubrir las paredes con media sombra en caso de una temperatura ambiente elevada.
Con respecto al emplazamiento del cultivo de frutillas, las opciones son muchas y todas son válidas. Se pueden usar tubos verticales, bandejas hidropónicas, canteros de cemento, macetas de plástico, entre otros. Lo ideal es usar aquellos materiales amables con el medioambiente, como la aleación metálica o el plástico reutilizable.
Cultivo de la frutilla en invernadero
Un modo novedoso e inteligente de obtener las plántulas, es mediante la plantación de ejemplares adultos, que se obtienen a menor costo. Así, estas plantas madre, al enraizar, extienden su crecimiento formando nuevas plantas. Se estipula que de esta forma se pueden obtener hasta cinco plantas nueva por planta madre.
Por su parte, la frutilla necesita un suelo muy orgánico, es decir, rico en humus, y con una proporción de arena que permita un óptimo drenaje. También la favorece el acolchado o mulching, que aporta sustrato natural.
Otro requisito para el cultivo de frutilla en invernadero es la polinización. Una forma natural de lograrla es mediante la introducción de abejas.
Una vez logrado el fruto, es importante incrementar la cantidad de nutrientes y riego, a la vez que mantener la temperatura y la iluminación de forma homogénea. Uno de los nutrientes esenciales para el crecimiento adecuado del fruto es el nitrógeno. Si se nutre de forma adecuada, se logra una buena refructificación, o una reproducción asexual mediante estolones.