Aparte de solucionar los problemas que plantea el riego durante la ausencia prolongada en las vacaciones, el riego automático permite un control total de la humedad del suelo, proporcionando a las plantas un desarrollo sano al evitarles el cambio brusco que supone el paso de tener tierra unas veces seca y otras totalmente anegadas.
Los sistemas de riego automático se han puesto al alcance de todo el mundo y el disponer de uno de ellos facilitará mucho la vida.
En esta ocasión nos ocuparemos de la esterilla de plástico, más cómoda.
Se trata de un tipo especial de esterilla porosa de plástico. Es ligera y de empleo muy cómodo. Se puede cortar y darle forma para que se adapte a cualquier estantería y hasta se puede lavar a máquina al final de la temporada.
Es posible extenderla sobre planchas de polietileno apoyadas en los estantes, y el borde se sumerge en un canalón.
Todos los materiales capilares como arena, vermiculita, esterilla plástica, mechas de lana de vidrio, etc., deben humedecerse a conciencia cuando se instalan.
Un pequeño y útil dispositivo para distribución semi-automática de agua, que lleva usándose varios años, es el sistema de sifón. Consiste en un pequeño tanque de plástico alimentado con una válvula de goteo y conectado a la conducción general. La válvula es muy sensible y se puede regular a mano la velocidad a la cual se llena el depósito. Una vez lleno, este último trasiega el agua por sifón a una tubería de plástico provista de boquillas a intervalos.
Con este dispositivo habrá que experimentar primero para saber cuánto tarda en llenarse el tanque.
Asimismo, se han introducido otros sistemas patentados a base de tuberías con boquillas alimentadas por distintos métodos.