La pimpinela (Sanguisorba minor) es una especie perteneciente a la familia de las rosáceas que se ha extendido por casi todo el mundo, cuyas partes resultan muy apreciadas, ya sea para la elaboración de ensaladas y aderezos, o para su uso medicinal.
Se trata de una planta herbácea perenne de base leñosa, con tallos generalmente erectos que pueden crecer de 20 a 70 cm, cubiertos con pelos. Sus hojas, de color verde-azulado, son alternas, compuestas por folíolos dentados, uno de ellos terminal.
Las flores son muy pequeñas y brotan a fines de primavera y a lo largo del verano, reunidas en inflorescencias cimosas de 12 milímetros de diámetro. Son bracteadas, presentan una tonalidad morada y carecen de pétalos.
La pimpinela puede criarse espontáneamente en los terrenos más áridos e ingratos, pero se desarrolla mejor en los de buena calidad y bien drenados, y con un pH de 5,5 a 8. Crece a plena luz aunque soporta sombra en ambientes con calor moderado.
Por lo general se puede sembrar en primavera o a mediados de otoño, desparramando la semilla directamente en la tierra, cubriéndola con una delgada capa de sustrato y regándola abundantemente. La plantación se realiza habitualmente en hileras a 25 centímetros de distancia entre cada planta.
Las mejores siembras son las de otoño, ya que da origen a plantas de pimpinela más robustas, capaces de tolerar las bajas temperaturas.
El método más rápido y fácil de multiplicar esta planta es dividiendo sus hijuelos durante el otoño. Se debe procurar sacarlos con una buena porción de raíces, para luego trasplantarlos a una distancia mínima de 30 centímetros de la planta madre.
En cuanto a las necesidades de riego de esta rosácea, se debe aplicar una cuota de regular de agua, siempre que así lo exija la sequedad de la tierra, y nunca deben omitirse después de que se hayan cortado las hojas.
Pimpinela: Usos alimenticios y medicinales
Precisamente las hojas jóvenes y brotes se consumen como alimento, siendo recolectadas en primavera, antes de que se produzca la floración de la pimpinela. Se pueden comer en ensaladas, como guarnición, en sopas y bebidas. No se recomienda el uso de las hojas más antiguas, debido a que las mismas tienden a adquirir un sabor más amargo a medida que pasa el tiempo.
Otras partes de la planta que se aprovechan desde épocas antiguas son las raíces, con las que se puede preparar una infusión para aliviar la irritación de garganta o para acelerar la cicatrización de las heridas. Obviamente, antes de darle estos usos es conveniente consultar con el médico.