Plantas medicinales: La Damiana o Turnera diffusa

La damiana o Turnera diffusa es una planta arbustiva que crece naturalmente en distintas zonas áridas del continente americano, a la cual se le atribuyen distintas propiedades terapéuticas para tratar problemas respiratorios y renales, además de utilizarse como tónico vigorizante del sistema nervioso o como producto afrodisíaco (sólo en algunas variedades).

Esta planta crece como un pequeño arbusto que puede alcanzar una altura máxima de alrededor de dos metros y presenta hojas lanceoladas cuya longitud va de los 10 a 30 centímetros, mientras que su ancho puede variar de 4 a 10 milímetros.

Foto: H.Zell
Foto: H.Zell

El color del follaje de la damiana se presenta generalmente con una tonalidad pardo oliva clara, y entre las hojas aparecen ramas pardo-rojizas cuyos extremos son velludos y blancos. Sus flores brotan individualmente de las hojas y son de color amarillo. Su olor es característico y aromático, y su sabor amargo y balsámico.

Debido a que es una planta típica de climas áridos de América, la damiana tiene muy buena capacidad de adaptación a lugares donde se registran temperaturas elevadas, con una media ideal que ronde los 25 grados centigrados.  Como contrapartida, se trata de una especie muy sensible a las heladas, por lo que se recomienda tomar los recaudos necesarios para protegerla en aquellos lugares donde se registren temperaturas ambientes muy bajas.

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Los ejemplares de esta planta crecen mejor bajo una total exposición a la luz del sol.

En cuanto a la técnica de reproducción más apta para la damiana, es recomendable recurrir a los esquejes leñosos ubicados a 30 centímetros del suelo, obtenidos entre el momento de la caída de las hojas y antes de que comience a brotar el nuevo follaje. Las estacas deben tener unos 20 centímetros de largo y se pueden mojar con hormonas para estimular la generación de raíces nuevas.

A continuación, se los entierra a 10 centímetros de profundidad en contenedores o macetas con sustrato fértil y con buen drenaje, manteniendo la humedad del mismo regando con pulverizador dos veces a la semana (si está en el exterior con sol directo) o una vez cada siete días si se los cultiva en el interior, hasta que, al cabo de dos meses, los plantines hayan desarrollado completamente su área radicular.

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Damiana: Suelo y riego

Sobre las características del suelo, esta especie crece muy bien en aquellos sustratos que integran un 50% de arena o arcilla, además de adaptarse sin problemas a tierras alcalinas.

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Dado su origen árido, la damiana sólo demanda un riego más seguido durante la primera etapa de cultivo, cuando se encuentra en pleno proceso de crecimiento, aunque luego se la puede ir acostumbrando a menos cantidades de humedad espaciando la frecuencia del riego.

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Ruben
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