En la actualidad, vivir en un ambiente de escasas dimensiones, o con poca o ninguna superficie de tierra firme, ya no es una excusa válida para no disponer de un bello jardín, porque existe una gran variedad de plantas, diseños y materiales que permiten crear un espacio verde en toda clase de sectores reducidos.
Si uno desea crear un jardín en un espacio reducido, lo primero que debe hacer es escoger precisamente el lugar donde se lo instalará, asegurándose de que el mismo se encuentre bien ventilado y que pueda recibir la energía de la luz del sol. De la selección de espacio dependerá las especies de plantas y ornamentos a colocar y su distribución.
Una vez escogido el sitio donde se instalará el jardín, debe planificarse el diseño del mismo, teniendo cuidado en lograr una equilibrada y atractiva distribución de las plantas y sus macetas, agrupándolas según proporciones y tamaños, colocándoles en distintos niveles y recipientes, y acompañándolas con adornos que embellezcan aún más el conjunto.
Para darle a este pequeño espacio verde una marcada vitalidad y dinamismo, resulta aconsejable distribuir los contenedores con sus respectivas plantas en diferentes alturas; para ello se puede recurrir al uso de distintos muebles (mesas, repisas, banquetas, cómodas recicladas, etc.), accesorios (porta macetas, bases colgantes), e incluso aprovechar las paredes (como es el caso de los jardines verticales).
Respecto de las macetas, existe un gran número de modelos que le permiten al aficionado a la jardinería elegir entre diferentes tamaños, materiales, formas (redondas, rectangulares, pentagonales, etc.) y colores, que pueden combinarse perfectamente para darle un mejor aspecto al jardín en espacio reducido.
Para quienes desean ponerle un mayor toque de originalidad a su creación, también existe la posibilidad de recurrir a otra clase de contenedores, obtenidos a partir de una enorme variedad de artefactos y materiales reciclados, que van desde sencillas cajas de madera hasta personalísimas macetas hechas con radios o teléfonos en desuso, por ejemplo.
En el caso de los jardines verticales, los mismos pueden integrarse con las conocidas macetas de pared- ya sean de cerámica, acero o plástico- que pueden colgarse directamente del muro o montarse sobre una estructura que a su vez se halle fijada a aquél. También puede recurrirse al uso de palets de madera reciclados.
En este apartado cabe acotar que están apareciendo en el mercado unos paneles metálicos que van colgados a la pared y que cuentan con unas rendijas para encajar las macetas, las que vienen con un imán en la parte posterior para adherirse a aquellos.