Los tulipanes son plantas bulbosas perennes, de la familia de las Liliaceae, y que albergan unas 150 especies. Aunque se los suele relacionar con Holanda por su destacada producción, son originarios de Asia Central, el nombre «tulipán» proviene de la palabra turca «dulban», que significa turbante, haciendo referencia a la similitud entre sus formas. El tulipán es una planta que en el jardín sirve para ornamentar casi cualquier espacio vacío, contorno de un arbusto, canteros individuales, macetas, etc. También es muy interesante el largo del tallo que se logra, permitiendo su uso como flor de corte.
El cultivo de tulipanes es sencillo, sus bulbos contienen nutrientes suficientes, por lo que necesitan pocos cuidados además del riego. Los tulipanes florecen en primavera, por lo tanto deben sembrarse a fines del otoño. En el hemisferio sur, pueden plantarse desde principios de abril a fines de junio. Lo mejor es comprar bulbos producidos en Argentina (o en su país de residencia). Los bulbos importados traídos por ejemplo desde Holanda o el hemisferio norte, raramente florecen porque están en contra estación. No hay que exponer los bulbos al sol y guárdelos en lugar fresco (puede ser la heladera, no el freezer) hasta el momento de su plantación.
Se cultiva en todo tipo de suelos pero los prefiere sueltos, ligeros y también se adapta a los que son arenosos. Lo importante es que pueda retener la humedad pero que no se encharquen porque esto ocasiona la podredumbre de los bulbos. Prefieren lugares con poca luz directa; sombra o media sombra en el jardín o en los balcones.
Los tulipanes pertenecen a una especie que resiste muy bien las bajas temperaturas y son muy sensibles al calor. La temperatura del suelo tiene incidencia directa sobre la duración del cultivo, se ha estimado que temperaturas entre 13-16 ºC son óptimas para el desarrollo del tulipán. Requiere un nivel elevado de humedad, pero que no supere el 85%, para evitar la incidencia de ataques fúngicos.
En primer lugar se debe preparar el suelo, este debe estar lo más mullido posible y con una profundidad de unos 25 cm. En el jardín, una vez definido el espacio a cubrir, se desparraman la cantidad de bulbos necesarios y ayudándose con una palita de jardín se van enterrando. Se siembran los bulbos con la punta hacia arriba, a 15 cm. de profundidad y 10 cm. de distancia entre ellos. En las macetas, como mínimo de 15 cm. de diámetro, se pueden poner 6 bulbos asentándolos sobre 5 cm. de tierra y completar hasta el borde.
Se debe revisar la tierra periódicamente y mantenerla siempre húmeda. No se necesitan fertilizantes, si los bulbos son de buena calidad bastará con los nutrientes que ya poseen para llegar a una buena floración. Cuando los tulipanes son plantados en macetas, éstas pueden quedar a la intemperie hasta que la planta llegue a unos 6 u 8 cm. de altura. Luego pueden ser llevadas al interior, siempre tratando de que estén en un lugar fresco.