El palto es un árbol cuyo fruto es una importante fuente nutricional, que requiere un cuidadoso manejo en materia de poda y riego para poder obtener una cosecha rendidora, que resulta válido tanto para un único ejemplar en una vivienda, como para una plantación con fines comerciales.
Poda:
Como sucede en la mayoría de los árboles frutales, la poda en el palto tiene como objetivo mejorar su capacidad productiva, tamaño y la calidad del fruto y mantener un equilibrio entre el tamaño y desarrollo del follaje y las raíces.
Durante los tres primeros años de desarrollo, el palto requiere poca atención en cuanto a la poda, pero luego se recomienda cortar las ramas internas que no den frutos, las que se vean débiles o enfermas, o aquellas que puedan estar en contacto con los tallos de otros árboles o con el suelo.
También deben eliminarse las flores dañadas y los frutos que no siguen creciendo después del cuaje.
Es importante tener en cuenta que toda poda debe realizarse sin dejar muñones o porciones de las ramas, además de utilizar las herramientas adecuadas (tijeras, serruchos, etc.), debidamente desinfectadas antes de emplearlas en cada planta. También deben desinfectarse las heridas que se le provocan al palto con fungicidas de contacto a base de cobre (como el oxicloruro de cobre, por ejemplo).
En ningún caso es aconsejable utilizar hacha o machete en los trabajos de poda de un árbol de palto, dado que la irregularidad de los cortes de estas herramientas hace más lenta su cicatrización, facilitando el acceso de hongos.
Riego:
En el caso del palto, es recomendable que el suelo esté siempre húmedo pero no encharcado, ya que el exceso de humedad puede . Al principio, cuando el árbol es joven, es necesario dar riegos cortos y frecuentes, para luego pasar a dosis de agua más largas y distanciadas.
Durante el período de fructificación se debe volver a aumentar la frecuencia del riego, dado que los frutos contienen mucha agua. En general se riega cada 2 o 3 semanas, con riegos más frecuentes en la temporada estival. Si el árbol se encuentra en pendiente se emplea el riego localizado.
Una manera sencilla de determinar si un palto está recibiendo o no el riego adecuado es fijarse en el aspecto de sus hojas: Si éstas se vuelven marrones en las puntas, es señal de que la planta necesita una dosis mayor de agua. En cambio, si las hojas se vuelven amarillentas, es indicador de que está recibiendo mucho riego y es necesario dejar secar por uno o dos días.
Cosecha:
La calidad del fruto del palto y su capacidad de conservación dependerá del desarrollo de la fruta al momento de la recolección.
El momento en que los frutos oscurecen o pierden brillo (dependiendo de la especie) es un indicador de que se debe iniciar la cosecha. Usualmente, ésta se hace a mano, cortando el pedúnculo unos 8 milímetros por encima de la inserción con el fruto y cuidando que el mismo no se golpee. También puede recurrirse al empleo de varas o «tuneros» de 1 a 3 metros de largo, que montan una hoja de corte y una bolsa en el extremo, para facilitar el trabajo.
La recolección de las paltas debe realizarse a primeras horas del día (de 5:00 a 6:00 de la mañana), evitando las temperaturas mayores a 20 grados centigrados.
