Apio: Cultivo, riego y cosecha

El apio (Apium graveolens) es una especie vegetal de la familia de las umbelíferas que es muy apreciada desde el punto de vista del consumo humano, debido a las propiedades beneficiosas que se le atribuyen, como facilitador de la digestión, tonificador del sistema nervioso y depurador del organismo. Asimismo, sus particulares aroma y sabor lo convierten en un ingrediente muy apreciado en la preparación de exquisitas ensaladas.

apio1

Su cultivo en huertas es relativamente sencillo, sobre todo en lugares donde predominan los climas templados a frescos, con temperaturas que van de los 7 a los 24 grados centígrados. Su capacidad para soportar todo tipo de suelos es otra de las virtudes del apio, siempre que aquellos sean húmedos, medianamente profundos, y con un pH que fluctúe entre 6.5 y 7.5.

Aparte de sus exigencias en materia de agua, esta especie requiere una buena provisión de materia orgánica, por lo que antes de la siembra se acostumbra incorporar al suelo estiércol de aves, compost o harina de huesos.

El apio puede sembrarse directamente en invierno o primavera, aunque debido a que la germinación de la semilla suele ser muy lenta y débil, es mejor hacer la siembra en almácigos en cualquier época del año, siendo en este caso necesario mantener el sustrato con un alto nivel de humedad para favorecer su brote.

MIRA TAMBIEN  Abelia grandiflora: Cultivo, riego y cuidados

El trasplante de las plántulas al suelo definitivo se realiza a los 80 días de la siembra, en caso de que ésta se haya realizado en verano, mientras que las plantas sembradas durante la temporada invernal deberán ser trasplantadas a los 100 días. En ambos casos, se puede verificar que el apio se encuentra en condiciones de ser trasladado del almácigo a la huerta cuando alcanza una altura de 15 centímetros y presenta al menos tres hojas verdaderas.

La distribución de los plantines debe hacerse en líneas distanciadas a 45 centímetros, con un margen de separación mínima de 15 centímetros entre cada ejemplar. Debido a que a partir de ese momento el apio necesita desarrollar todas sus hojas y sus largos y característicos tallos, es importante mantener la humedad del suelo en todo momento con un riego frecuente.

MIRA TAMBIEN  Alcaucil (Cynara scolymus): Cultivo, riego y cuidados

Como se trata de una especie vulnerable a las malas hierbas, es conveniente agregarle mantillo al área de trasplante, con la doble finalidad de prevenir la aparición de malezas y de mantener la tierra húmeda.

Apio: Aporcado, blanqueo y cosecha

Al llegar a los 30 centímetros de altura, la planta es sometida a un trabajo periódico de aporcado, cuidando de que no entre tierra en el interior de los tallos. Esta práctica ayuda a que las partes comestibles del apio se blanqueen y se vuelvan más tiernos.

Otra técnica de blanqueo del apio consiste en atar los tallos con tiras de papel o tela rústica a los cuatro meses del trasplante, cuando los pecíolos alcanzan los 2 centímetros de ancho. Las tiras deben cubrir la parte superior de los tallos, justo en la base de las hojas.

cosecha apio

La cosecha tiene lugar a los 180 días de la siembra, procediendo a retirar la cobertura de tierra o las ataduras, para luego cortar el apio al ras del suelo con una herramienta bien afilada.

Recibe Gratis Nuestros Articulos!

Ruben
Ruben