La Abelia grandiflora es un híbrido del género Abelia que suele cultivarse como planta ornamental en jardines o en macetas, gracias a la particular característica de su floración, que suele prolongarse por alrededor de medio año.
Se trata de un arbusto producto de la combinación genética de las especies Abelia chinensis y Abelia uniflora, y generalmente alcanza una altura de 1 a 1,5 metros, aunque existen registros de ejemplares que excepcionalmente llegan a rozar los 3 metros.
Las ramas de la Abelia grandiflora son leñosas, externas y arqueadas, algo péndulas y pubescentes, pobladas por hojas ovaladas y opuestas de color verde oscuro brillante. Cada una de ellas mide hasta 5 centímetros de largo.
La floración, que se extiende de mediados de primavera y hasta mediados de otoño, está constituida por flores tubulares de aroma agradable, reunidas de a tres en cimas axilares o terminales. Miden generalmente alrededor de 2 centímetros de diámetro y su corola es blanca con manchas rosadas.
El cáliz está constituido por un máximo de cinco sépalos anaranjados o rojizos que persisten después de la floración.
Como se dijo previamente, la Abelia grandiflora suele cultivarse en jardines, ya sea como planta ornamental aislada o para formar una barrera junto a otras especies de arbustos. Se recomienda que se utilice esta planta para componer masas uniformes o extensas y amplias.
También puede plantarse en macetas, teniendo cuidado de que el contenedor elegido tenga siempre de un tamaño generosamente más grande que la parte subterránea de la planta. Como mínimo, el diámetro de la maceta debe ser el doble del terrón.
La reproducción de la Abelia grandiflora puede hacerse por esquejes de leña blanda en verano y división en primavera, los que una vez bien enraizados pueden trasplantarse a suelos blandos, permeables, no calcáreos y bien fertilizados.
Si bien soporta casi cualquier grado de exposición, es mejor cultivar esta especie en un lugar a pleno sol, sobre todo en zonas con climas templados, lo que garantiza una mejor producción de flores. En regiones donde predominan los climas cálidos, es mejor ubicar esta abelia en lugares con media sombra.
En todos los casos, es importante plantar la Abelia grandiflora, en un sitio a resguardo de los vientos fuertes.
En cuanto a sus requerimientos hídricos, los ejemplares de esta especie arbustiva suelen necesitar un riego abundante, pero siempre evitando los encharcamientos que pudieran favorecer la aparición del oidio, la enfermedad más común en este tipo de planta.
Riego de la Abelia grandiflora en maceta
En el caso de la Abelia grandiflora cultivada en maceta, el riego debe hacerse con agua que no contenga sales, pues éstas tienden a acumularse en demasía y afectar la salud de la planta. Un síntoma que permite verificar esta situación es la aparición de una sustancia gris o blanca sobre la superficie de la tierra.
Respecto de las tareas de mantenimiento de esta planta en exteriores, es conveniente eliminar las ramas dañadas o enfermas. Las partes secas se podan al terminar la primavera, mientras que los gajos visiblemente envejecidos se deben retirar después de la floración.