El formio (Phormium tenax), también conocido como lino de Nueva Zelanda, es una especie originaria de los pantanos y áreas bajas de aquel país oceánico que se ha sido distribuida por distintas partes del planeta con propósito inicial de aprovechar sus fuertes fibras, aunque finalmente se impuso como planta ornamental.
Se trata de una herbácea perenne con hojas duras, largas y afiladas, de aspecto similar al de espadas, capaces de crecer hasta alcanzar los 3 metros de largo por 12,5 centímetros de ancho. Por lo general, su color es verde negruzco. Existe una gran variedad de cultivares comerciales que lucen distintos tonos cromáticos en su follaje (rojizo, verde claro, bronceado), o que incluyen hojas variegadas en los bordes y nervadura central con marcas amarillas, rojas, rosadas, y bronce.
Durante la temporada veraniega el formio produce racimos de flores en forma de tubo curvado o candelabro al final de rígidos tallos florales que superan fácilmente la altura de las hojas. Las flores lucen un atractivo color rojo o naranja brillante que luego de la polinización dan lugar a frutos negros y largos que contienen cientos de semillas en su interior.
El formio crece sin inconvenientes en suelos que retengan bien la humedad. Aguanta bien tanto el pleno sol como la media sombra, resiste las heladas medias pero necesita protección frente a heladas intensas o persistentes en zonas donde imperan inviernos más gélidos.
Los miembros de esta especie suelen utilizarse en jardinería y paisajismo para formar macizos o grupos en espacios verdes de estilo tropical (aunque el lugar de origen de esta planta está un poco alejado del trópico), junto a cascadas y motivos rocosos.
La reproducción de los ejemplares de formio se hace por división de matas al mes de iniciado el otoño o a principios de primavera. Esta técnica consiste en separar pedazos de la planta que contengan parte de un rizoma, raíces y al menos una hoja. Cada porción se coloca en un contenedor separado, con el sistema de raíz y rizoma enterrado en el medio y sus hojas erguidas sobre la tierra.
En este caso la planta crece mejor en suelos que drenan rápidamente, donde la corona se expone a la luz del sol. Es conveniente regar las plantas divididas con suficiente frecuencia para mantener el suelo húmedo, pero evitando saturar el medio de cultivo.
Después de replantar las secciones divididas del formio, se las debe mantener al abrigo del viento hasta que hayan tenido la oportunidad de establecer un sistema firme de raíces. En buenas condiciones de cultivo, se puede dividir y propagar esta especie cada dos o tres años.
Formio (Phormium tenax): Reproducción por semillas
Las semillas de formio están listas para colectarse a finales del verano y el otoño, y no requieren tratamiento previo y están listas para plantar de inmediato.
Estos granos en recipientes y se presionan ligeramente en su medio de cultivo, para luego cubrirlas con una delgada capa de tierra y mantenerlas a una temperatura de 21ºC.
Es necesario regar el sustrato a menudo, lo suficiente como para mantenerlo húmedo, pero evitando encharcar el suelo. Las semillas de formio normalmente comienzan a germinar después de tres a cuatro semanas.
Esta especie crece mejor en suelos de drenaje rápido que tienen una composición limosa con buena fertilidad. Tiene una tolerancia moderada para la salinidad del suelo. Los especímenes propagados por división crecerán mejor en un sustrato que contenga partes iguales de perlita, arcilla y arena gruesa.