Muchas hortalizas que se consumen a diario ofrecen la posibilidad de ser cultivadas en casa, aprovechando las semillas que pueden obtenerse de aquellos frutos que se adquieren en la verdulería o el supermercado. Este es el caso del pimiento morrón, que puede cultivarse fácilmente en una huerta común y en macetas.
Las semillas de esta especie se encuentran acumuladas en un racimo ubicado en el interior del fruto, que suele descartarse cuando se prepara para la cocción.
Atención: Puede darse el caso de que al abrir un pimiento morrón se encuentren muy pocas semillas o ninguna. En ese caso se trata de una variedad híbrida, por lo que los escasos granos que se obtengan no servirán para dar origen a otras plantas.
Para asegurar un buen resultado, es recomendable extraer el grupo de semillas de un fruto fresco y saludable y dejarlas secar en un sitio ventilado, a temperatura ambiente durante tres días, ya que de no hacerlo es casi seguro que se pudrirán cuando se encuentren bajo tierra.
Durante ese tiempo se podrá apreciar cómo el racimo de semillas se va encogiendo y perdiendo humedad, hasta quedar bien seco.
Otra manera de secar las semillas de pimiento morrón consiste en separarlas de la membrana que las contiene y colocarlas sobre un papel de cocina y dejarlas que pierdan su humedad con el paso de los días.
Tanto en uno como otro caso, conviene hacer una simple prueba para verificar si la simiente obtenida servirá para producir nuevas plantas. Para ello se seleccionan algunas semillas al azar y se las coloca entre dos papeles humedecidos para luego colocarlas en un lugar cálido durante unos días para ver si germinan o no. Si se da el primer caso, significa que las semillas son viables.
De este modo, los pequeños granos se encuentran en condiciones de ser almacenados a la espera de la mejor época para siembra, o para ser directamente sembrados en un semillero ubicado en un lugar que no reciba mucho sol.
Por lo general se entierran tres semillas de pimiento morrón por hueco y cubrirlas con tierra enriquecida con materia orgánica. Una vez que germinan, se debe esperar a que las pequeñas plantas tengan cuatro hojas reales o que midan alrededor de 10 centímetros para proceder a su trasplante a la maceta rellena con un sustrato rico y con buen drenaje, teniendo cuidado de no dañar sus raíces ni el tallo durante dicha operación.
Cabe recordar que el pimiento morrón prefiere las áreas soleadas, por lo que es mejor ubicarla en un lugar donde reciba al menos seis horas diarias de exposición al sol.
A medida que la planta va creciendo, se deben colocar tutores para ayudar a cargar su peso, sobre todo cuando aparecen sus frutos (por lo general se pueden obtener tres pimientos por planta).
Pimiento morrón en maceta: Riego y cosecha
También es importante mantener el suelo húmedo, sometiéndolo a un riego regular pero evitando los encharcamientos, de ahí la importancia de que el sustrato sea bien drenado. Para ello, al momento de preparar la maceta, es conveniente que el sustrato contenga arena de río para evitar la acumulación innecesaria de agua.
Habitualmente la cosecha puede comenzar a las 12 semanas posteriores al trasplante del pimiento morrón a la maceta, retirando los frutos aún verdes realizando un corte limpio con un cuchillo bien afilado, dejando unos 2 centímetros de tallo.
