El kale (Brassica oleracea var. sabellica), conocida también como col crespa o berza, es una variedad de col originaria de Europa, cuyo cultivo se ha expandido a casi todo el mundo debido al particular sabor y contenido nutricional de sus hojas.
Se trata de una planta herbácea que puede alcanzar hastas los 2 metros de altura, y tiene hojas verdes muy rizadas que están insertas en un tallo único que va creciendo hacia arriba. Cada hoja suele medir hasta 90 centímetros de largo por 60 centímetros de ancho, dependiendo de qué cultivar se trate o de las condiciones de cultivo.
El kale se caracteriza por ser una variedad de fácil cultivo que requiere un clima frío o suavemente templado, teniendo la capacidad de crecer y desarrollarse mejor en ambientes con temperaturas enmarcadas entre los 10ºC y los 20Cº.
Los ejemplares de esta planta no soportan ni el calor excesivo y las sequías, y precisan de la luz del sol para que sus hojas tengan un mejor tamaño y calidad general.
El kale no es muy exigente en lo que respecta a la calidad del suelo, ya que es capaz de crecer incluso en terrenos en los que hay bajos niveles de materia orgánica. Sin embargo, se le debe realizar un aporte de nitrógeno, un elemento muy demandado por esta planta.
También es importante que el suelo sea húmedo y con un buen drenaje para evitar la aparición de enfermedades por culpa del exceso de riego.
Con el fin de reducir la frecuencia y volumen de riego y brindarle un ambiente más agradable para el kale, se puede disponer de una capa de acolchado sobre el suelo, con el fin de mantener la humedad del suelo y al mismo tiempo evitar la posible aparición de malezas.
Esta variedad se propaga habitualmente por semillas, que suelen cultivarse en almácigos o bien directamente en su sitio de cultivo definitivo, siendo necesario en este caso dejar un espacio superior a los 50 centímetros entre cada planta.
Si la siembra se hace en semilleros, el trasplante definitivo recién puede hacerse cuando cada pequeña planta de kale alcance los 10 centímetros de altura. Para ello, se recomienda regar la zona en la que se enterrará la plántula la noche anterior, realizándose el trasplante a última hora de la tarde.
Una vez que la plántula se encuentra en su lugar de cultivo definitivo, es conveniente realizar un nuevo riego.
Kale: Tiempo de cosecha
Se estima que las hojas de esta col se encontrarán listas para su consumo una vez que hayan transcurrido tres o cuatro meses de su siembra, debiendo cortarse en primer lugar las hojas externas de la planta.
Es importante tener en cuenta que los tiempos de crecimiento y recolección varíen dependiendo del cultivar de kale sembrado y de las condiciones ambientales imperantes en la zona de cultivo, por lo que es recomendable consultar sobre el tema a algún viverista local.
