Originaria de los humedales, los prados húmedos y los bosques de América del Norte, la Palanthera ciliaris u orquídea con franjas amarillas, puede ser una perfecta incorporación en aquellos jardines o áreas verdes que nunca están secas y constituyen un imán para las mariposas gracias a sus llamativas flores durante el verano.
Se trata de una especie de orquídea vistosa, de gran tamaño y hábito terrestre, que posee un vástago de 90 centímetros de alto que lleva por lo general dos o cuatro hojas puntiagudas verdes de unos 15 centímetros de longitud y flores en un terminal erecto.
La floración de la la Palanthera ciliaris se produce a finales de la primavera y puede continuar incluso después de terminado el verano. Consiste en una inflorescencia en forma de racimo de 2 a cinco centímetros de largo que reúne muchos brotes de color anaranjado.
Es una planta perenne relativamente fácil de cultivar, siempre que se les proporcione mucha humedad al medio en el que se encuentra.
Puede crecer y desarrollarse sin dificultades en una ubicación a pleno sol o con media sombra. Un suelo limoso, ácido y húmedo pero bien drenado representa el sustrato ideal para la Palanthera ciliaris, por lo que es frecuente su cultivo en áreas cercanas a estanques, jardines de bosque o zonas anegadizas, aunque también puede adaptarse fácilmente a distintos tipos de contenedores o macetas. En cuanto al nivel de acidez del sustrato, debe tenerse en cuenta que esta planta requiere por lo general de un nivel de pH de entre 5.1 y 6.0.
La plantación de esta orquídea, tanto en el jardín como en una maceta, puede hacerse durante la primavera o a principios de verano, siendo necesario rastrillar bien la tierra previamente para eliminar cualquier residuo de maleza, luego se coloca la planta en el suelo para que la bola de la raíz esté nivelada con la superficie y finalmente se cubre con tierra y compost.
Palanthera ciliaris: Cultivo en macetas
Cuando el cultivo de la Palanthera ciliaris se realiza en contenedores, conviene que usar un sustrato formado por la mezcla de un 50 por ciento de hojarasca, 25 por ciento de perlita y carbón, y 25 por ciento de turba.
En cuanto a su dosis periódica de agua, se aconseja regar bien las plantas de esta especie cuando esté creciendo y floreciendo, debiendo reducir el riego durante los meses inactivos, aunque sin llegar a suspenderlo, ya que, como se señaló previamente, necesita que el suelo se encuentre permanentemente húmedo.