Se conoce con el nombre común de margarita del Cabo (Osteospermum ecklonis) a una planta originaria de Sudáfrica cuyas vistosas flores la convierten en una especie ornamental muy apreciada en jardinería.
Perteneciente a la familia de las asteráceas, consiste en una planta perenne, erecta a decumbente, que en su madurez puede alcanzar de 40 a 100 centímetros de altura, por un diámetro de más de 90 centímetros.
De base generalmente leñosa, la margarita del Cabo posee hojas alternas, sésiles, simples, elípticas, ligeramente suculentas y con márgenes ligeramente dentados. Son de color verde intenso y tienden a acumularse en los extremos de las ramas, aunque los gajos más bajos suelen lucir bastante desnudos.
Las flores de esta planta tienen un aspecto similar al de las margaritas, con grandes capítulos de 80 milímetros de diámetro que se encuentran por separado o en pocos grupos en el extremo de las ramas en pedúnculos cortos. Los rayos florales son prolongados y su color más común es el blanco brillante en la parte superior y azul o violeta en la inferior, rodeando un disco azul oscuro o púrpura.
Existen algunas variedades cuyas flores son rosadas, blancas o amarillas. La floración de la margarita del Cabo puede tener lugar durante todo el año, pero se da principalmente durante la temporada cálida (primavera y verano).
La margarita del Cabo necesita estar expuesta a pleno sol, aunque también puede crecer y desarrollarse bien en semisombra, pero es posible que sus flores no luzcan tan grandes como en el primer caso.
En zonas donde predominan climas cálidos, esta especie puede cultivarse en el exterior, mientras que en otras regiones es mejor tenerla en lugares protegidos del frío, o en su defecto cubrir el suelo con paja o corteza de pino para mantenerla a salvo de las heladas.
Una de las características más destacadas de la margarita del Cabo es su tolerancia a casi cualquier tipo de suelo, incluso los muy pobres y salinos, aunque para asegurar un buen crecimiento y floración es recomendable cultivarla en un sustrato suelto, ligero, fértil y bien drenado.
Margarita del Cabo: Métodos de reproducción
Los métodos de reproducción más utilizados para esta especie son por semilla o por esquejes. En ambos casos, conviene llevar a cabo la siembra o la implantación en la tierra durante la primavera.
Al momento de plantar una margarita del Cabo se debe tener presente que cada especimen ocupará un espacio considerable, por lo que se debe tomar la precaución de dejar un margen de separación entre cada planta para permitir que puedan crecer sin entorpecerse mutuamente.
En cuanto a sus necesidades de agua , esta planta puede demandar un régimen moderado de riego, con dos a tres aplicaciones por semana durante el verano, y reduciéndolas a una vez a la semana durante el invierno. En todo caso, antes de regar debe verificarse que la tierra esté seca.