Las plantas que se encuentran en macetas o tiestos requieren de abono mas frecuente en comparación con las que están en el suelo, esto se debe a que los nutrientes que se encuentran en la tierra son limitados, el crecimiento de la planta implica cambios de contenedores o poda, los riegos han de ser más recurrentes, entre otras cosas.
En este artículo nos vamos a abocar al abono de la tierra de las plantas en macetas, con el fin de que puedas mantenerlas saludables y fuertes por mucho, mucho tiempo.
El abono de las plantas en maceta
Se las debe nutrir cuando hay buen tiempo, lo que se refiere a las temporadas de primavera y verano, donde las temperaturas son más amables. Solo en caso de que el clima no sea excesivamente frio, se puede abonar durante el otoño.
Solo las plantas de origen tropical, que en invierno se encuentran dentro del hogar, tienen que ser abonadas también en los meses fríos del año.
Importante: hay plantas que no se abonan
Estamos hablando de ciertas excepciones que no requieren de abono, estas son:
Semilleros: las plántulas recién germinadas no requieren de abono, ya que se alimentan de los cotiledones que aún conservan y les aportan los nutrimentos necesarios para su subsistencia.
Plantas de vivero recién comparadas: estas plantas ya están nutridas, lo ideal es esperar uno o dos meses para abonar la tierra en donde se encuentran.
Plantas carnívoras: no requieren de abono, ya que su alimento proviene de los insectos que atrapan y degluten, solo requieren agua y el sustrato idóneo según su variedad.
Plantas enfermas y/o recién podadas: no conviene abonarlas sino hasta que hayan recuperado la fuerza, ya que de lo contrario puede generar el efecto adverso y debilitarlas aún más.
Cómo se abonan las plantas en tiestos o macetas
Ante todo hay que considerar las características particulares de la planta, y en base a eso ofrecerle los nutrimentos adecuados.
Otro aspecto fundamental es diferenciar lo que es abono del fertilizante, ya que no son la misma cosa, el primero es un elemento orgánico, mientras que el segundo es un producto sintético.
No se podría decir que uno es mejor que otro, sino si aclarar que el fertilizante puede ser beneficioso para una planta pero no para las autóctonas, e incluso impide que se coseche los frutos, hojas o tubérculos de forma inmediata debido a su posible toxicidad.
Lo ideal es emplear abono para las plantas comestibles, y ambos para las que son solo ornamentales.
Los abonos o fertilizantes líquidos resultan más efectivos y mantienen el buen drenado del sustrato de la maceta, cosa que podría verse obstaculizada con los sólidos. Si se opta por este sistema, siempre hay que retirar el plato que se encuentre bajo la maceta para evitar que las raíces se pudran por el contacto con agua estancada.
Las instrucciones de uso
Siempre hay que seguir las instrucciones de uso de los productos que se empleen en el jardín o la huerta, esto es muy importante ya que evita errores fatales para la planta.
Un exceso de nutrientes puede hacer que la planta muera ya que daña de manera irreversible sus raíces. El agregarle más alimento no va a hacer que la planta crezca más rápido ni más fuerte, en el equilibrio está el secreto.
El guano, abono natural muy nutritivo
Este compuesto (heces de animales) es ideal para casi todo tipo de plantas, a excepción de algunas específicas como bonsái, orquídeas, etc. Aporta nitrógeno, fosfatos, urea, fósforo entre otros nutrientes.
Cada tipo de guano tiene sus características, por lo que conviene informarse bien al respecto antes de utilizar una variedad en determinadas plantas.
Los abonos naturales de liberación lenta
Son los idóneos para las plantas que tienen un rápido crecimiento, sobre todo si se encuentran en macetas. Estos son el humus de lombriz y el compost, no el guano de animales porque posee una alta concentración de nutrientes que acelera el crecimiento de las plantas, algo perjudicial cuando se encuentran en macetas ya que el espacio es reducido.
Fuente: Jardineros profesionales
Foto: Pixabay