El tomillo (Thymus vulgaris) es una planta aromática y medicinal cuyas características físicas permiten un fácil cultivo tanto al aire libre (jardines, macetas en terrazas y balcones), como en espacios interiores (pequeños contenedores en la cocina), y suele aprovecharse como condimento gastronómico o para la preparación de una tintura que puede usarse para el tratamiento del acné o como antibiótico.
Los ejemplares de esta planta crecen como pequeños subarbustos que pueden llegar a medir entre los 12 y 40 centímetros, con tallos erguidos y leñosos. Sus hojas presentan forma oval, tienen un tamaño reducido y son poseedoras de las esencias aromáticas que caracterizan al tomillo. Dependiendo de la variedad que se observe, el color del follaje puede variar del verde oscuro al amarillo.
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Las flores, que hacen sus aparición generalmente a principios de la primavera, también son pequeñas y su color predominante es el rosa,aunque pueden verse florescencias violetas y blancas, y se presentan agrupadas en racimos terminales (corimbos).
Como ya se dijo, el cultivo del tomillo puede hacerse en jardines o en macetas. En el primer caso, suele plantarse junto con otras especies aromáticas o condimentarias, como la lavanda y el romero, aunque también se puede usar ejemplares de esa planta para crear borduras en jardines rústicos.
La reproducción del tomillo puede llevarse adelante con semillas que se siembran en vivero a fines de la temporada invernal, lo que permitirá disponer de plantas para la primavera y el verano. También pueden multiplicarse mediante esquejes utilizando los extremos tiernos de los brotes a principios de primavera u otoño, teniendo cuidado de que no se deshidraten durante el período de enraizado.
Si se cultiva al aire libre, debe tenerse en cuenta que esta especie necesita una exposición a pleno sol y que no soporta las heladas, por lo que durante la temporada fría se la debe proteger con una malla geotextil.
Si se decide criar el tomillo en maceta, se la puede sembrar en uno o cinco grupos de tres ejemplares cada uno, dependiendo de las dimensiones del contenedor.
Cultivo de tomillo: Sustrato y riego
En cuanto a la tierra del cultivo, el tomillo puede crecer bien en los suelos secos, por lo que se recomienda que el sustrato contenga un porcentaje importante de arena para que ayude al drenaje del agua.
Respecto de sus necesidades de agua, aunque es una planta tolerante a las sequías, conviene aplicar un riego localizado sobre todo en las épocas de mayor calor, esperando a que el suelo esté ligeramente seco entre cada aplicación.
