Originaria de una vasta región que abarca desde el centro de Europa hasta el Noroeste de China, la cruz de Malta (Lychnis chalcedonica) o Cruz de Jerusalén es una planta herbácea perenne que suele cultivarse en macizos de flores para que el atractivo color escarlata de su inflorescencia combine con el amarillo, azul y púrpura de otras especies.
Desde tiempos antiguos esta especie se cultiva en parques, casas parroquiales y jardines de mansiones, y más tarde su uso se extendió a casas de campo y jardines en la ciudad. Por lo general, prospera durante mucho tiempo en el lugar en el que se plantó, y a menudo crece en forma silvestre alrededor de casas antiguas.
Cualquiera sea el sitio en que se encuentre, esta herbácea representa un gran atractivo para abejas, mariposas y aves.
La cruz de Malta es una planta que puede crecer hasta alcanzar los 35 a 100 centímetros de altura, desarrollando un tallo no ramificado y poblado de pelos ásperos. Las hojas son opuestas, simples, lanceoladas, carentes de pecíolos y con bordes enteros.
Las flores, que tienen un aspecto similar al del símbolo heráldico de la cruz de Malta cuando se la observa desde arriba, aparecen en grupos de 10 a 50, y cada una de ellas puede medir hasta 3 centímetros de diámetro. Posee la corola cinco lobulada y presenta un color rojo brillante o naranja-rojizo.
La floración puede tener lugar a mediados o fines de verano, e incluso a principios de otoño, y las primeras flores brotan recién al año de que la planta fue sembrada.
Al igual que su pariente, la Saponaria officinalis, la cruz de Malta cuenta con raíces que contienen compuestos jabonosos conocidos como saponinas, que le otorgan propiedades detergentes cuando se les agrega agua.
Cultivo de la Cruz de Malta
El cultivo de esta especie demanda poco esfuerzo debido a que brota con mucha facilidad a partir de semillas que se siembran en almácigos durante la primavera para luego ser trasplantada a su ubicación definitiva.
Esta planta también puede reproducirse por división de raíces tomadas durante la época primaveral, y en todos los casos va a requerir condiciones ambientes un poco secas y soleadas para tener un mejor desarrollo, aunque se han dado casos, en determinadas zonas, de especímenes criados a media sombra que han superado la altura de los cultivados a pleno sol.
La cruz de Malta prospera bien en terrenos mullidos, frescos, bien drenados, y enriquecidos con materia orgánica. Como tiene necesidades medias de agua, se recomienda regar con regularidad, evitando los excesos.
