Purines: Los sustitutos naturales de los plaguicidas

Los purines son sustancias de origen mineral, animal o vegetal que se utilizan para combatir plagas prácticamente con la misma efectividad que los plaguicidas químicos, pero con un impacto ambiental menor.

Cabe recordar que aquellos productos industriales pueden ser altamente tóxicos para personas o animales, sobre todo cuando se aplican con mucha frecuencia y sin un debido control.

Para evitar los riesgos propios de estos procesos contaminantes se puede recurrir al uso de productos extraídos de plantas y minerales, conocidos como purines.

Se trata de sustancias obtenidas a partir de la fermentación, maceración, cocción o difusión de especies vegetales y de estiércoles en agua, cuyos principios activos ayudan a prevenir y controlar una variada cantidad de plagas y enfermedades que atacan a los cultivos.

Estos productos de origen natural, además de ser una importante herramienta de protección de las plantas en jardines y huertas, también ofrecen la ventaja adicional de ayudar a mejorar la fertilidad de los suelos en los que se aplican.

Existen distintos tipos de purines, dependiendo de la plaga o enfermedad a la que combaten, o del origen del compuesto.

Por ejemplo, para enfrentar la amenaza de insectos como pulgones, piojos y áfidos, o para controlar hongos como el mildiu y la roya, se puede usar un purín de ají. Para combatir otras plagas como la arañita roja y la mosca blanca, se puede recurrir a un purín de salvia.

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Para elaborar un purín de ají se necesitan tres cucharadas de ají picante, 25 dientes de ajo, ocho cucharadas de aceite de cocina, 1/4 de barra de jabón de lavar, seis cucharadas de alcohol y 20 litros de agua.

Primeramente se muelen bien el ají y los ajos, y se dejan fermentar sumergidos en dos litros de agua por tres días. Pasado ese tiempo, se cuela y se agregan los demás ingredientes y se los mezcla en la fumigadora.

Este purín se aplica directamente sobre las hojas en momentos en que haya poco sol (lo más recomendable es hacerlo cuando está avanzada la tarde). Para asegurar un control eficiente de plagas y hongos causantes de enfermedades, es mejor aplicar el producto cada ocho días.

El purín de salvia, por su parte, requiere 200 gramos de hojas de salvia amarga u olivilla (Treucrium fruticans), 200 gramos de hojas de berbascum (Berbascum thapsus), 1/4 de barra de jabón de lavar, 10 cucharadas de alcohol industrial y 20 litros de agua.

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En primer lugar se parte el jabón en varios fragmentos y se lo deja remojando en el agua mientras se muelen las hojas de salvia y berbascum. Luego se cuecen por media hora y se dejan en reposo hasta el día siguiente antes de mezclarlos con el agua con jabón y se completa la fumigadora llenando con agua. El alcohol recién se agregará al momento de la aplicación para que ayude a que el purín se adhiera mejor a las plantas tratadas.

Este compuesto se aplica directamente sobre el follaje, también en horas de la tarde, una vez cada siete días.

Hojas de salvia amarga.

Por razones de espacio, en un próximo post se darán a conocer otros purines que también pueden elaborarse en casa con pocos ingredientes y que resultan eficaces para combatir distintas plagas y prevenir la aparición de enfermedades.

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Ruben
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