La incorporación de un estanque o una corriente de agua en un jardín le otorga al mismo un mayor valor estético, además de propiciar la creación de un pequeño ecosistema en el que se integran armoniosamente plantas y pequeños animales.
Un estanque grande o pequeño con aguas quietas, o un curso cristalino que se extiende por trechos largos o cortos se pueden incorporar en cualquier estilo y en prácticamente cualquier espacio verde.
Para diseñar un espejo o un curso de agua es importante tratar de imitar lo que se observa en la naturaleza, evitando que el producto final tenga un aspecto artificial que parezca introducido a la fuerza en el jardín.
Por eso debe tenerse en cuenta que el agua tiende a estancarse en los lugares bajos o depresiones del terreno en forma natural en terrenos llanos. En áreas rocosas de aguas quietas los bordes están acompañados por pedriecillas y arena, mientras que los cursos de agua tienen un recorrido sinuoso.
En cuanto a las plantas que habitan estos espacios acuáticos, también es válida la regla de copiar los modelos naturales. Por ejemplo, en las lagunas de llanura la vegetación suele adentrarse dentro del agua en una graduación que está regulada por la capacidad que tienen las diferentes especies de adaptarse a los diferentes niveles de humedad.
De este modo, se puede distinguir a las plantas que tienden a crecer en las orillas, que son las denominadas lacustres, seguidas luego por las sumergidas y finalmente por las flotantes.
Existen algunos árboles que también pueden cultivarse en las orillas o dentro del mismo estanque, pero antes de implantarlos es importante determinar si el espacio disponible es lo suficientemente amplio para albergar un ejemplar de esas características, y si el crecimiento de sus raíces no terminará dañando la estructura del espejo de agua.
Todas las especies que se cultiven en estos sitios ornamentales, además de ordenarse según su adaptación a los distintos niveles de humedad presentes, deben distribuirse de manera que sus colores y formas se combinen armoniosamente.
Como todo debe fluir con naturalidad, el diseño del estanque de agua debe incluir unos bordes delineados por suaves líneas curvas, evitando en todo momento los ángulos por el encuentro de líneas rectas.
Planificación de un estanque en el jardín: Ubicación
La ubicación es otro de los puntos fundamentales a considerar al momento de planificar la instalación de un estanque o curso de agua en jardín.
Teniendo en cuenta que el crecimiento, desarrollo y salud de las plantas dependen en gran medida del grado de exposición a la luz, es necesario ubicar estos ornamentos acuáticos en un lugar bien soleado o al menos con media sombra. Además del vital aporte lumínico, esta localización también ayudará a entibiar el agua.
Para conocer de qué manera se puede construir un modelo básico de estanque de agua, se puede consultar en este post de Flor de Planta.