Un mal drenaje de jardín puede resultar perjudicial para las plantas que lo habitan, ya sea que el mismo permita una acumulación excesiva de agua o una pérdida demasiado rápida de la misma. Por eso es importante conocer qué detalles deben tenerse en cuenta para determinar si el sistema de evacuación de agua de un terreno es el correcto o si el mismo necesita ser mejorado.
Una de las primeras señales de que el suelo de un jardín no permite que el agua se escurra normalmente es la formación de charcos después de una sesión de riego abundante o de la caída de lluvia. Si estas acumulaciones de agua permanecen durante muchos días, se puede estar en presencia de un drenaje inadecuado.
La acumulación excesiva de agua, conocida también como «encharcamiento», representa una amenaza para la salud de las plantas, ya que impide que las raíces respiren y fomenta el crecimiento de organismos dañinos como los hongos causantes de enfermedades, además de aumentar la presencia de gases tóxicos.
Para verificar si un drenaje de jardín se encuentra en buenas condiciones, se puede hacer una prueba muy sencilla, que consiste en cavar un pozo de unos 60 cm de diámetro y 60 cm de profundidad y se lo llena con agua.
Si el agua desaparece en poco más de una hora, significa que el drenaje es excesivo, si al cabo de unos días aún queda un poco de agua en el fondo, es señal de que es escaso. En cambio, si el agua desaparece a los pocos días de llenado el hoyo, significa que el drenaje es el correcto.
Cuando el terreno tiene poca capacidad para evacuar el agua, puede deberse a la existencia de una capa superficial muy densa que hace que el líquido se escurra e infiltre muy lentamente. Esto puede suceder en aquellos suelos con alto contenido de arcilla en los niveles superiores, el problema puede solucionarse mediante el aporte de una superficie más granulosa con el aporte periódico de materia orgánica.
Drenaje de jardín: Técnicas sencillas para mejorarlo
Asimismo, hay que tener en cuenta que los suelos arcillosos tienden a compactarse con facilidad, lo que también contribuye a reducir su capacidad de evacuación del agua, siendo necesario airearlos o «pincharlos» para mejorar la penetración del aire y del agua. Este trabajo se puede hacer en forma manual con un palo o una barra metálica con un extremo aguzado, con el que se va pinchando el terreno a medida que se avanza por el jardín.
La tarea también se puede realizar mecánicamente con el denominado rulo de púas, que consiste en un rulo cilíndrico clásico, en cuyas aristas se montan una serie de pinchos metálicos de 10 a 15 cm. de largo que al rodar sobre el terreno van abriendo agujeros equidistantes.
Si el mal drenaje de un jardín obedece a la presencia de una roca sólida impermeable cerca de la superficie, no queda otra opción que elevar el nivel del suelo aportando tierra de buena calidad.
Gracias por la información. Sumamente adecuada a la situación de mi jardín. Desearía me indiquen dónde comprar o buscar un RULO DE PÚAS como el de la foto. Vivo en Vicente Lopez, Buenos Aires, Argentina. Muchas gracias.
Hola, Roberto. Los rulos o cilindros de púas se comercializan en tiendas dedicadas a la jardinería o al agro en general. En Argentina es posible que los ubiques como rodillos aireadores de césped. Saludos y gracias por tu consulta.