El césped artificial es en realidad una alfombra que se asemeja en apariencia al pasto natural, pero que en realidad está fabricada con plásticos y otros materiales sintéticos.
La primera instalación de césped artificial fue en la década de los 60, en un estadio de Texas, Estados Unidos. Se popularizó entonces el uso de este material sintético para cubrir estadios deportivos, especialmente aquellos cubiertos. Garantizaban no sólo un color uniforme, sino textura homogénea y resistente; además de poder despreocuparse de los múltiples cuidados que requiere el césped natural. Sin embargo, luego de este aparente éxito, el fútbol le dio mala fama al césped sintético en los 80, al punto que la FIFA (Fédération Internationale de Football Association) y la UEFA (Unión Europea de Federaciones de Fútbol) lo prohibieron, aduciendo que causaba más lesiones que el césped natural. Con este incentivo, se aplicaron nuevas tecnologías y materiales para crear el césped artificial que conocemos hoy. Con nuevas fibras y materiales como el caucho y la arena, el siglo XXI cuenta con superficies casi indistinguibles del césped real. La FIFA ahora recomienda su instalación.
Es esta última generación de césped artificial la que llega a los hogares. Quizás respondiendo a necesidades económicas, ya que este tipo de producto sólo requiere la inversión de compra e instalación y luego ahorra la administración de agua para el riego, electricidad para el corte, y dinero en fertilizantes o semillas para nuevas siembras. La necesidad de conservación del agua debido a las sequías que se sufren en diferentes partes del mundo, es otra razón por la que zonas áridas eligen este recurso.
Llamado también césped “decorativo”, es ideal para zonas de la casa que no pueden ser regadas, no reciben el suficiente sol o no poseen suelo de tierra. Los productos reservados para este uso privado y de decoración están rellenos de arena de sílice de color natural y otra capa de arena cerámica de color marrón. Su producción es tan especializada que su aspecto es difícilmente diferenciable del césped natural. Para superficies duras, además, la alfombra en la que se teje el césped tiene capas de materiales suaves y esponjosos, para sumarle el soporte blando que el césped natural ofrece a cada paso.
Los espacios ideales para instalar el césped artificial son los áticos, las terrazas y las piscinas con deck. Así, obtendremos un aspecto natural de aire libre sin afectar los suelos con la humedad del pasto ni tener que preocuparnos por el cuidado, regado, fertilización y poda.
Por María del Mar
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