El meliloto (Melilotus officinalis) es,al igual que la manzanilla, el anís, el enebro y la menta, una planta que se ha aprovechado en la medicina herbal desde tiempos antiguos, gracias a sus propiedades antiflogísticas. También es utilizada por la industria farmacéutica convencional.
Se trata de una herbácea anual o bienal, originaria de Europa, cuyo cultivo se ha extendido a casi todo el mundo. Dependiendo de distintos factores puede crecer hasta alcanzar alturas que van de los 30 a los 80 centímetros.
La planta de meliloto se presenta muy ramificada, posee hojas alternas compuestas con tres foliolos obovado-oblongos con el margen aserrado y dos estípulas enteras en la base. Las flores, de tamaño pequeño y color amarillo, aparecen entre mediados de primavera y otoño, agrupadas en racimos cortos semejantes a espigas, con 40 70 flores laxamente dispuestas, que mide hasta 13 centímetros al momento de la fructificación.
Su fruto es una legumbre aovada, lisa y con costillas transversales y venas entre ellas formando un retículo, mucronada, glabra, parda al abrir. Mide de 2 a 3,5 milímetros de diámetro y en su interior puede contener una o dos semillas ovoideas y lisas.
El meliloto es capaz de crecer y desarrollarse en suelos arenosos, calcáreos, arcillosos secos y pobres, y se caracteriza por ser resistente a la sequía, además de tolerar los anegamientos. Sin embargo, es muy agradecido si se cultiva en suelos bien aireados, húmedos, bien drenados y enriquecidos con aporte de materia orgánica, con un pH recomendado de 6,5 a 7,5.
Las plantas de esta especie progresan mejor en zonas donde predomina un clima templado húmedo o subhúmedo, y con una buena exposición a la luz.
El cultivo del meliloto se inicia con la siembra de sus semillas durante el otoño o a fines de invierno y principios de primavera, cuando ya ha pasado el período de heladas.
Antes de proceder a esparcir los pequeños granos, el terreno debe ser bien preparado y nivelado, de manera que ofrezca las condiciones adecuadas para la germinación, como un buen contacto semilla-suelo y una permeabilidad que favorezca una mejor absorción.
El trabajo previo en el suelo también permite deshacer los grandes terrones que puedan dificultar la emergencia de las plántulas una vez germinadas, además de liberar el área de malezas.
Siembra del meliloto
Las semillas del meliloto, previamente escarificadas, se siembran a chorrillo en línea distanciadas a unos 25 centímetros, y luego se cubren con una fina capa de tierra.
La semilla debe quedar a una profundidad de 2 centímetros como máximo, tratando de que dicho nivel sea más o menos igual en toda el área sembrada, de manera que las plántulas puedan emerger al mismo tiempo.
Cuando se la desea utilizar con fines terapéuticos, las plantas de meliloto se cosechan al inicio de la floración. Se aprovechan las hojas y los restos florales después de dejarlas secar a la sombra.
