Producir semillas propias en forma artesanal es una práctica que está siendo retomada por quienes cultivan huertas, debido a que a lo largo de los siglos ha demostrado ser una de las mejores técnicas para preservar y mejorar la variedad y características de las especies que se producen, permitiendo almacenarlas por un tiempo en condiciones adecuadas o usarlas de inmediato para su siembra.
La producción de semillas propias, conocidas también como semillas hortícolas, ofrece distintas ventajas de carácter agrícola, social y económico:
- Permite obtener simientes de variedades introducidas, adaptadas o locales resistentes a plagas y enfermedades y a las condiciones climáticas adversas, y adaptables al tipo de suelo.
- Fomenta el trabajo en familia
- Ahorra el dinero que significa comprar semillas para cada siembra que se realice en la huerta.
- Permite producir semillas de especies menos comerciales y caras.
Para generar y cosechar semillas propias es necesario realizar una selección inicial de los mejores ejemplares de las variedades que se desean propagar, escogiendo las que se vean más sanas, vigorosas y productivas. En este punto debe tenerse en cuenta que las semillas de algunas especies pueden resultar difíciles de producir en determinados suelos y climas.
Básicamente, el proceso de producción de semillas hortícolas puede variar entre aquellas que se obtienen cuando se cosecha o consume el fruto (zapallo, melón, berenjena, tomate, pimiento, maíz, etc.) y las que se se producen en inflorescencia a partir de algunas plantas que se cultivan con ese exclusivo fin (zanahoria, lechuga, acelga, puerro, rabanito, coliflor, perejil, apio, cebolla, hinojo, etc.).
De acuerdo con lo que indica el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina, para producir semillas propias que se obtienen cuando se cosecha el fruto, se deben seguir los siguientes pasos:
- Elegir las mejores plantas, con hojas sanas, buena producción y del tipo de fruto que se prefiere.
- Dejar madurar los mejores frutos (los mejor formados, de buen color y uniformes). Hay que tener en cuenta que en el caso de los frutos que se comen inmaduros, como el maíz dulce, zapallito, pepino, o chaucha, hay que esperarlos un poco. Observar que las semillas presenten un color blanco o crema propio de la especie, que no tengan hongos u otro tipo de daño.
- Se cortan los frutos maduros y se extraen las semillas, se lavan debajo de la canilla con algún colador y se colocan extendidos sobre un papel. El momento del lavado puede ser aprovechado para proceder a su desinfección.
- En el caso del tomate, se deben dejar secar las semillas en el gel que las rodea, luego se lavan con un colador debajo de la canilla y se extienden en un papel, dejándose secar a la sombra.
Producción de semillas propias: Recolección de especies producidas por inflorescencia
Cuando se trata de especies en las que se dejan plantas exclusivamente para producir semillas hortícolas, el procedimiento es el siguiente:
- Elegir las mejores plantas, con hojas sanas, buena producción y del tipo de fruto que se prefiere.
- Mantener las plantas con riego y sacar las hojas enfermas.
- Una vez que las plantas o las partes florales comienzan a perder el color verde debido a que están secándose, se deben cortar con tijera las partes florales o a veces la planta entera y se las deja secar extendidas a la sombra.
- Cuando estén bien secas y crujientes, se deshacen las flores con las manos y se frotan con una tela rústica, finalmente se pueden soplar para separar las semillas de los restos de flores.
En todos los casos, las semillas obtenidas deben guardarse en ambientes secos y frescos, en envases (frascos o bolsas de papel) bien cerrados y con una etiqueta que las identifique con la variedad seleccionada y la fecha de su recolección.
Quiero saber las cantidades para preparar Plaguicida para Caracoles y Babosas , Amoniaco – Jabón líquido y Agua.
Muchas Gracias
Hola, Raúl, para obtener un plaguicida para caracoles y babosas con los ingredientes que mencionas se van a necesitar:
400 cc de agua.
100 ml. de amoniaco espumoso (contiene detergentes, conocido también como «nublado»).
1 cucharadita de jabón líquido puro.
1 pulverizador con capacidad de medio litro.
Se prepara vertiendo el amoniaco nublado en la botella del pulverizador, agregando luego el agua y el jabón líquido, se agita bien para que los ingredientes se combinen y ya se cuenta con el insecticida.
Para asegurar un mejor resultado, es conveniente aplicar esta solución a la noche, debido a que tanto los caracoles como las babosas suelen aparecer después del atardecer. Asimismo, recuerda pulverizar el insecticida varias noches consecutivas hasta que estos pequeños animales desaparezcan.
Saludos y gracias por tu consulta.