Le sugerimos algunas variedades aptas para la extensa exposición a la luz solar, de las cuales usted puede elegir las que prefiera de acuerdo con la situación de sus ventanas.
Iris o lirios, muchos de ellos indígenas de la península ibérica y que crecen espontáneos o cultivados nen tierra de jardín con un buen porcentaje de compuestos calcáreos. Necesitan riego cada dos semanas, que se intensificará un poco durante la floración. Sus vistosas flores aparecen en primavera.
Azucena Rosa, originaria de Sudáfrica, procede de un grueso bulbo que da bellísimas y aromáticas flores. Solo necesita un terreno arenoso, bien permeable y riego escaso (cada dos semanas).
Aloe, de hojas gruesas y carnosas rodeadas de puntas espinosas, producen una floración en forma de racimo erguido de color amarillo-naranja. Requiere mucha agua durante la época de calor, que se reduce durante el invierno a un riego escaso.
Amarilis en todas sus variedades, incluida la de hojas largas, florece entrado el verano. Requiere riegos escasos y suelo arenoso con algún compost, según la variedad.
Jacinto, bulbosa originaria de Asia menor, da lugar a un tallo único con flores compuestas en forma de espiga muy perfumadas. Requiere un suelo abonado con turba y arena y riego poco abundante que se suspende después de la floración.
Caléndula, normalmente planta de exterior y que también se habitúa a interiores en zonas más frías que la de su origen (regiones mediterráneas). Se adapta a cualquier terreno normal y necesita un riego regular, no abundante.