Riquísimas en ensalada, las remolachas deben tener un rincón en su huerto. Son fáciles de cultivar y le rendirán una buena cosecha si sigue nuestros consejos.
El suelo ideal para la remolacha es el que posee abundante materia orgánica en descomposición. Si utiliza abono fresco, la remolacha se ahorquillará y adoptará formas anómalas. Un buen sitio para ellas es aquel en el que se han criados patatas o guisantes y judías el año anterior y que se abone a fondo en su momento.
La variedad Boltardy es muy buena y produce estupendas raíces redondeadas, muy aromáticas. Se puede sembrar antes de mayo, pero entonces las raíces tienden a crecer demasiado y pierden parte de su dulzor. El tamaño ideal de las raíces es el de las bolas de billar, en el momento de la cosecha (septiembre). El mejor plan, consiste en sembrar una hilera en mayo, que procurará hortalizas para el verano, y sembrar una o dos hileras más a primeros de junio, cuyos productos se conservarán para el consumo de invierno. La Boltardy tiene, además, la ventaja de no tender a subirse en flor.
Otras dos buenas variedades son roja temprana morada y de Massy, que producen raíces esféricas. Excelente, también, la roja morada de vertus difiere de las anteriores; tiene aproximadamente la forma y el tamaño de una zanahoria de raíz sólida y su sabor es muy agradable.
Las remolachas crecen con facilidad y es raro que se vean afectadas por plagas o enfermedades. Pero es de vital importancia que no sufran escasez de agua en ningún momento de su desarrollo. Para obtener buenos cultivos de raíces de sabor dulce, empape las hileras de agua en tiempo seco.
