El esparrárrago helecho (Asparagus aethiopicus), también conocido en el hemisferio norte como helecho cola de zorro, es una especie nativa de África del Sur, que se cultiva como planta de interior en zonas con climas fríos o como planta ornamental en jardines urbanos, jardines rocosos, o en macetas en el exterior en áreas climáticas templadas o cálidas. También puede aprovecharse como cubierta vegetal.
Cabe aclarar que no está relacionado con los espárragos (de hecho, puede ser tóxico para las mascotas) y tampoco es un helecho (se propaga por semillas o por división, no por esporas).
Se trata de una planta herbácea perenne de porte colgante, muy ramificada con tallos aéreos duros y arqueados que están escasamente cubiertos de espinas. Las hojas son en realidad cladodios, tallos modificados, rígidos, aplanados, lineares que miden de 0, 8 a 2 centímetros de largo por 0,1 a 0,2 centímetros de ancho, y surgen en grupos de cuatro o más desde el tallo.
Las pequeñas y perfumadas flores del Asparagus aethiopicus hacen su aparición durante la primavera, son de color blanco o blanco rosado y miden entre 0,3 y 0,5 centímetros de largo y brotan en racimos fuera del tallo. Las flores son seguidas en verano por pequeñas bayas redondas de 0,5 centímetros de diámetro, que llevan una semilla negra. Verdes en un principio, estos frutos maduran y adquieren un color rojo en invierno.
El sistema de raíces de esta planta es una estera de raíces fibrosas con tubérculos bulbosos carnosos, que pueden dividirse para su propagación. Esto también puede lograrse a través de la siembra de semillas frescas.
Los factores clave para un buen crecimiento de un ejemplar de Asparagus aethiopicus incluyen la humedad, un suelo rico y bien drenado, y la luz solar total; mientras más soleado el lugar, más rápido crecerá. Las hojas amarillas en estas plantas pueden interpretarse como una señal de que no están recibiendo suficiente luz solar. Por el contrario, si los cladodios lucen un color marrón, están indicando que hay un exceso de exposición al sol.
Asparagus aethiopicus: Tolerancia a la poca luz
Esta especie también es tolerante a la poca luz, pero esta condición incidirá en un menor tamaño, algo que puede verse en aquellas plantas cultivadas en espacios interiores, obteniéndose mejores resultados en suelos naturales parcialmente sombreados, cultivándose especímenes solos o mezclados con otras especies de grandes flores tolerantes a la sombra, como ciertas variedades de begonias.
Si bien se recomienda mantener la humedad del suelo, es conveniente dejar que el mismo se seque entre un riego y otro. El Asparagus aethiopicus es prácticamente indestructible (tanto es así que son difíciles de erradicar si su propagación se descontrola), por lo tanto, puede sobrevivir a sequías por algún tiempo.
no me contestaron lo que pregunte