Enredaderas: Soportes, pérgolas y paredes

Las características trepadoras de las enredaderas suelen ser aprovechadas por jardineros, horticultores y paisajistas para mejorar el atractivo de los espacios verdes, ya sea recurriendo a especies que pueden autoadherirse a superficies verticales o a otras que necesitan un soporte para enroscarse a su alrededor para poder escalar.

Hiedra cubriendo el frontis de la Universidad de Chicago (Foto: Spikebrennan)
Hiedra cubriendo el frontis de la Universidad de Chicago (Foto: Spikebrennan)

Existe en el mercado una importante oferta de enredaderas o trepadoras que desarrollan espinas, ventosas o raíces adventicias que les permiten adherirse y trepar sin ningún tipo de ayuda a la mayoría de las paredes de los edificios, aunque las mismas deben reunir una serie de condiciones para asegurar un agarre seguro.

Los muros más recomendados para esta clase de enredaderas suelen ser aquellos que requieren poco mantenimiento, como los de ladrillo o piedra a la vista y los que tengan protección monocapa. En el caso de las paredes con revestimiento impermeabilizante se aconseja utilizar trepadoras que no produzcan raíces adventicias, dado que el crecimiento de las mismas puede terminar dañando el revestimiento.

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Otra precaución que debe tenerse en cuenta con este tipo de plantas es evitar que las mismas se extiendan por el techo de la vivienda, sobre todo porque pueden obstruir los desagües e incluso levantar las tejas.

Soportes para enredaderas

Las plantas trepadoras que requieren de alguna clase de estructura para sujetarse para poder trepar y mantenerse erguidas  no acostumbran tener la capacidad de cobertura que tienen sus hermanas autoadherentes, pero a cambio pueden ofrecer una floración muy atractiva.

Existen diferentes alternativas de soportes para que estas enredaderas puedan crecer con la firmeza y dirección que el jardinero desee, y van desde el uso de alambre hasta celosías de madera o plástico, pasando por mallas de distintos materiales, cañas, varillas, estacas o anillas.

Celosías: Son enrejados que permiten que los tallos de las plantas se enrollen y que pueden estar hechos con diferentes materiales (madera, plástico o bambú), diseños y tamaños. Cuando se utilizan para cubrir un muro se acostumbra colocarlas a unos 5 cm del mismo y a 30 cm por encima del suelo, para asegurar una buena ventilación y mayor resistencia a la humedad.

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celosia
Celosia de cuadrados grandes (Foto: Garden House)

Mallas: Menos visibles y más ligeras que las celosías, están hechas generalmente con alambre o plástico. Su trama más fina las hace ideales para aquellas enredaderas que se sujetan a través de pequeños filamentos tipo zarcillos.

Cordel o alambre: Usando estos materiales se puede armar una red sujeta con clavos inoxidables y con una separación de aproximadamente 40 cm entre cada línea.

Cañas o varillas: Destinadas a guiar y afirmar enredaderas cultivadas en macetas. Pueden ser ser de bambú, madera o plástico.

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Ruben
Ruben

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