Originaria del occidente de la África tropical, la Clerodendrum thomsoniae, conocida popularmente en algunas zonas como gloria enramada o corazón sangrante es una elegante planta trepadora que puede usarse con fines ornamentales en exteriores e interiores gracias al espectacular colorido de sus flores.
Los ejemplares de esta especie se caracterizan por desarrollar largos tallos semileñosos, flexibles y enrollables, que en la naturaleza son capaces de alcanzar alturas de alrededor de cuatro metros, aunque los cultivados por el hombre suelen ser de menor tamaño.
Tiene ramas puberulentas y ligeramente provistas de surcos de las que brotan hojas brillantes, opuestas y elípticas de 6 a 14 centímetros de largo por 2 a 6 centímetros de ancho, presentan un ápice agudo y márgenes enteros y ciliados. Cuando surgen, estos órganos se presentan de color verde claro, el que luego irá adquiriendo un tono más oscuro a medida que la planta crece.
En las condiciones ideales, las flores de la Clerodendrum thomsoniae hacen su aparición durante todo el verano y el otoño, presentándose en densos racimos o panículas que brotan de la parte terminal de las ramas o de la axila de las hojas, de hasta 20 unidades cada una.
Las flores poseen un cáliz blanco que forma cuatro esquinas que se van afinando a medida que se acercan al ápice de donde brota una corola delgada y tubular de color rojo vivo con los estambres y el pistilo muy largos. Muchas plantas también pueden exhibir sépalos rosados, lo que le aporta un mayor colorido y contraste a la planta, aumentando su valor decorativo.
La multiplicación de esta especie puede realizarse por semilla o por esquejes de 10 a 15 centímetros de largo tomados de la punta de los tallos.
Dado su origen tropical, la Clerodendrum thomsoniae es muy exigente en lo que se refiere a la temperatura ambiente, la que no debe ser inferior a los 15 grados centígrados. Por ese motivo también se aconseja ubicar la planta en lugares protegidos del fuerte viento y del frío, cálidos y bien iluminados, aunque debe evitarse emplazarla en sitios demasiados soleados que puedan terminar secándola.
En aquellas zonas climáticas donde se registren temperaturas inferiores a la indicada, se puede cultivar la planta en interiores, pero teniendo cuidado de que reciba la mayor luminosidad posible y se encuentre en un lugar con buena ventilación. Asimismo, es vital que haya un elevado nivel de humedad ambiente, por lo que la tierra debe ser bien regada durante primavera, verano y otoño, mientras que en invierno la cuota de agua debe reducirse, limitándose a sólo a evitar que el suelo se seque.
Asimismo, durante la temporada más calurosa del año es aconsejable humedecer las hojas con un rociador.
Clerodendrum thomsoniae: Uso de soportes para sostener y guiar los tallos
Debido a que los tallos de la Clerodendrum thomsoniae no pueden sostenerse por sí mismos, es necesario fijar unos soportes que los ayuden a crecer lo mejor posible, pudiendo recurrirse al empleo de alambres tensados, tutores, el tronco de un árbol, o un enrejado.
Éste último método suele ser el más indicado para plantas de tallos menos robustos, recomendándose fijar dicha estructura a listones para que no quede pegada a la pared, logrando así una mejor ventilación, lo que ayuda a reducir el peligro de enfermedades.