Cultivo de kiwi: cómo obtener buenas plantas en su hogar

Plantando kiwi, podrás tener frutos riquísimos y una fuente natural de vitaminas C y E, además de ser rico en fibra y bajo en colesterol. Tiene efectos anticancerígenos, antioxidantes y refuerza las defensas de nuestro organismo. 

Aunque parezca un cultivo exótico, si vives en una ciudad de clima templado no es difícil de mantener en el jardín y no requiere de demasiados cuidados, aunque sí mucha paciencia. En esta nota entérate de cómo cultivar y cuidar las plantas de kiwi.

El kiwi o actinidia chinensis es una planta trepadora originaria de China. Su cultivo comenzó a extenderse a mediados de los años 70, con grandes plantaciones en Estados Unidos y luego en los 80 con su llegada a Nueva Zelanda.

Al ser un cultivo de naturaleza subtropical, el kiwi debe ser plantado en zonas de clima templado. Sobre todo, debe estar protegido de vientos dominantes que puedan reducir el anclaje del árbol. Su temperatura óptima es entre los 20 y 30º C y una humedad relativa suficientemente alta que oscile sobre el 60%.

Podemos optar por sembrar semillas o comprar las plantas en un vivero. La primera opción es más lenta, ya que tendremos que lograr una buena germinación para conseguir ejemplares fuertes y resistentes. Las semillas pueden obtenerse directamente del fruto. Las esparcimos por una maceta convenientemente preparada con tierra rica en materia orgánica, y las regamos abundantemente, tapando la maceta con plástico transparente para conservar bien la temperatura. Es importante dejar el contenedor en un sitio con luz, pero sin que incidan los rayos del sol directamente. Lo ideal es comenzar el cultivo en otoño.

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Cuando empiecen a germinar las primeras plántulas, sácalas con mucho cuidado y trasplántalas en un tiesto individual. A partir de este momento, puedes dejar el kiwi en el exterior, pero ten cuidado porque las heladas fuertes pueden matarle si es demasiado joven. Evita también temperaturas muy altas. A medida que vaya creciendo, es conveniente sacarla del tiesto individual y plantarla cerca de un árbol o estructura que le permita ir trepando. Es importante que esté protegida del viento, busca un lugar cerca de una pared para ubicarla.

Procura que sea un suelo sin presencia de cloruros; de ser posible franco arenoso, es decir, que retenga poca agua y drene rápido. El cultivo del kiwi necesita de suelos profundos que estén bien drenados, permeables y ricos en materia orgánica. Es un cultivo muy sensible a la asfixia radicular por lo que se debe evitar el encharcamiento de agua en el terreno.

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Debe de realizarse una poda formativa en invierno para guiar la forma de la planta, y una poda de fructificación que se realiza dos veces al año, una en invierno y otra en verano. Esta última procura mejorar la ventilación e iluminación.

Para la polenización, presta atención al sexo de cada planta. Si es hermafrodita, se encargará ella sola de todo el trabajo. Si no, lo mejor a la hora de plantar es poner un macho por cada cuatro o cinco hembras. De esta forma, siempre se poleniza alguna.

Recuerde que hay que ser paciente con el fruto del kiwi; no producirá en abundancia hasta pasado un mínimo de cinco años.

Cristian
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