La achicoria común (Cichorium intybus), es una planta herbácea perenne originaria principalmente en las costas mediterráneas de Europa, Asia y África, cuyas propiedades beneficiosas para el organismo, conocidas ya en la antigüedad, han ayudado a la difusión de su cultivo en casi todo el planeta.
Esta planta, que en algunas zonas crece como mala hierba en los campos y en los bordes de los caminos, ya aparece en los registros históricos que quedaron de la antigua Roma, donde sus hojas se consumían crudas o cocidas, o como infusión, debido a sus propiedades medicinales. Incluso se consumía su jugo mezclado con aceite de rosas y vinagre para tratar cefaleas, de acuerdo con el testimonio dejado por el erudito Plinio el Viejo, en su famosa enciclopedia Naturalis Historia (Historia Natural).
Durante la Edad Media, sus beneficios para la salud humana también se hicieron conocidos, existiendo referencias documentales de su uso para el tratamiento de problemas del hígado y de la vesícula biliar.
En la actualidad, se sabe que los principios activos integrados a la raíz y hojas de la achicoria poseen un efecto estimulante el apetito, del estómago y de la secresión de la bilis, además de estimular el funcionamiento correcto del hígado y de actuar como diurético y laxante.
Asimismo, la achicoria tiene la propiedad de ayudar al cuerpo a absorber mejor el calcio y otros minerales, y hace que la sangre acumule la glucosa en forma de glucógeno, evitando de este modo el alto contenido de azúcar en sangre, reduciendo el colesterol, la diabetes y otros problemas como la esclerosis arterial.
La fórmula más usual para tratar problemas digestivos consiste en preparar una infusión mezclando dos cucharadas soperas en un litro de agua hirviendo y dejar cocer de 10 a 15 minutos, para luego enfriar y consumir. También puede consumirse utilizando las hojas en ensaladas para depurar la función hepática y estimular el sistema nervioso, ayudando a mantener la concentración y la capacidad mental de quien la consume.
La achicoria: Aprovechamiento de la raíz
Con se dijo, otra parte útil de la achicoria es su raíz, que puede consumirse hervida, ya que en ella suelen acumularse la mayoría de sus principios activos, que incluyen la inulina, la colina, taninos, ácido chicórico, almidón, minerales y vitaminas B,C,K y P.
Otra manera de aprovechar el órgano radicular de esta planta es usándola como sustituto del café. Para ello, se necesita cortar la raíz en rodajas y dejarla secar, para luego tostarla y convertirla en polvo. De esta forma se obtiene un producto sin cafeína que conserva parte de sus poderes activadores de la vesícula biliar, sino que también tiene un cierto efecto diurético y reductor de la frecuencia cardíaca.
