La manzanilla, la quitapenas, la pequeñuela, la persistente. Sencilla, la manzanilla tiene esas flores que crecen en manada, que perfuman, y sobretodo que nos regalan importantísimas propiedades medicinales. Una maceta repleta de manzanilla es como tener una botica, un herbolario propio. La siembra de esta planta es fácil, se trata de una hierba que crece espontáneamente sin cuidados especiales, “sólo la luz del sol”, como canta Spineta.
La manzanilla no precisa mucha presentación. Algunas de sus bondades terapéuticas son: ayudar a conciliar el sueño, disminuir la ansiedad y los trastornos nerviosos, aliviar la tensión muscular, desinflamar, prevenir y aliviar también dolencias estomacales, úlceras y dolor de ovarios. Teniendo una planta de manzanilla en casa, nos garantizamos infusiones cada vez que necesitemos. A continuación, algunos datos para cultivar y cosechar manzanilla, además de consejos para conservar y almacenar sus flores para uso medicinal.
Si se dispone de un terrenito para cultivarla, bien, pero si no, la manzanilla es perfectamente cultivable en maceta. La tierra puede o no tener abono orgánico, quizás un poco de compost para darle todos los nutrientes que precise, pero en general, no tiene muchas pretensiones en cuanto a zona de cultivo. De todos modos, si se le puede brindar vermiculita, y una tierra arenosa y apenas ácida, la manzanilla crecerá a gusto y piacere.
La manzanilla puede plantarse mediante las semillas, o se puede usar plantines (comprar los que no tengan flores). En la maceta basta con sembrar unas cinco semillitas cuanto mucho, que pueden cubrirse con la vermiculita. Los plantines de manzanilla funcionan bien, tanto en tierra como en maceta. En la tierra, es conveniente dejar un espacio de quince centímetros entre uno y otro. La mejor época para este proceso es el verano. A la hora de escoger el terreno, procura que durante el invierno no le falte sol a tu manzanilla, ya que no se lleva muy bien con el frío.
En cuanto al riego de la manzanilla, no hay mayor secreto, tanto si está en maceta como si elegiste la siembra directa, será suficiente con un riego periódico. Las flores irán abriendo de apoco, pero verás que es en verano cuando la planta más flores da. Si tienes la manzanilla en una maceta, procura no dejarla demasiado cerca de otras plantas, dado que sus semillas son muy volátiles.
Para cosechar las primeras flores, lo ideal es dejar que la planta se desarrolle, de modo de realizar la recolección en la segunda floración. De todos modos, la cosecha se realiza cuando las flores apenas se están abriendo. Para una pervivencia saludable, lo mejor es podarla a principios de primavera, cortándole los tallos donde habían estado las flores.
Un último dato es el almacenaje de la manzanilla. En primer lugar, lo que se recolecta de la planta son solamente las flores. Una vez cortadas, es preciso dejarlas al menos una semana secándose. El modo apropiado para secar la manzanilla antes de usarla es colocarlas en un recipiente aireado en un lugar cálido, o sobre una rejilla. Una vez que se secas, se observará como caen los pétalos quedando sólo lo amarillo de la flor, que es la parte de la manzanilla que se necesita para la infusión curativa. Buena suerte, y ya nos comentan cómo les fue con el cultivo!