La borraja (Borago officinalis) es una planta comestible cuyos orígenes se remontan a Egipto y Siria, pero que con el correr del tiempo se ha extendido a la Europa Mediterránea, apreciada desde el punto de vista nutricional, dietético y terapéutico por su contenido en agua, sus pocas calorías, su aporte de vitaminas y minerales, y por sus propiedades sudoríficas.
Se trata de una especie cuyos ejemplares adultos pueden alcanzar el metro de altura y presentan una cobertura de bellos largos, erizados y ásperos que, según algunos autores, son la razón de su nombre por provenir del latín borra, que precisamente significa «pelo».
La borraja se presenta como una mata de tallos que terminan en hojas ovaladas, alternas y simples que miden entre los 5 y 15 centímetros de largo, y son la parte de la planta que se aprovechan para la preparación de comidas, sobre todo de caldos, potajes y ensaladas (tienen un gusto similar al pepino).
Las flores, por su parte, hacen su aparición bajo la forma de grandes ramos durante la primavera y son completas, con cinco pétalos estrechos y triangulares terminados en punta, pudiendo ser de color azul (en el caso de su variedad silvestre), o rosa y blanco en las variedades cultivadas.
Estas estructuras de reproducción de la borraja son las que se utilizan para la elaboración de infusiones con fines curativos, sobre todo para ayudar a bajar la fiebre gracias a su reconocido efecto sudorífico y depurativo.
Aparte de sus cualidades gastronómicas y medicinales, la borraja tiene la particularidad de ser un importante foco de atención para las abejas, las que contribuyen a la polinización de otras plantas que se encuentran en el huerto.
La borraja puede cultivarse fácilmente en huertos y macetas a partir de semillas, las que deben sembrarse durante los meses de las estaciones cálidas del año (primavera y verano), colocándolas en una zona a pleno sol o sombra parcial en hileras separadas 30 centímetros entre una y otra, en caso de cultivarlas en un espacio abierto.
Aunque es capaz de crecer en casi cualquier terreno, los suelos más adecuados para esta planta son los bien aireados, húmedos y enriquecidos con la aplicación de un abono de fondo con nitrógeno, fósforo y potasio.
Cuando se decide cultivarla en un contenedor como planta de interior, es conveniente enterrar la semilla en un sustrato para macetas húmedo y de calidad.
Borraja: Riego y cosecha
Si bien la borraja no es muy exigente en cuanto al agua, hay que evitar que este vegetal sufra carencia o exceso del líquido elemento, por lo que se debe llevar adelante un riego regular, aumentando la dosis cuando la planta se encuentra en etapa de desarrollo y sobre todo en la etapa final de crecimiento.
La cosecha de hojas y flores puede realizarse a lo largo de la primavera y el verano o seis semanas después de la siembra, cortando las hojas basales para su uso comestible.