Cómo usar hortalizas como plantas de interior

Se pueden utilizar distintas especies comestibles como plantas de interior sin necesidad de cultivar una huerta en el living o sala de estar. Sólo se intenta aprovechar las condiciones decorativas que presentan las hojas y tallos de algunas hortalizas  cuando se las cultiva en un contenedor adecuado.

La batata o patata dulce (Ipomoea batatas) ha servido como planta de interior desde hace mucho tiempo, y en este post se sugieren algunas variantes básicas para aumentar su función decorativa.

Los largos y flexibles tallos de esta planta son ideales para realzar un rincón de la biblioteca, encima de un mueble de línea muy severa, para adornar una repisa o aportar una nota verde cerca de una ventana.

Debe elegirse con cuidado la maceta o recipiente que alojará ese tubérculo, que puede ser de cualquier material aunque su bocha debe ser estrecha para sostener el tallo y evitar que se apoye en el fondo del contenedor.

Para este fin puede utilizarse un frasco transparente, y depositar en el fondo piedritas blancas, de color o bolitas de vidrio que aportarán un toque de color a la vez que servirán para aislar la batata del fondo, manteniéndola erguida.

La patata dulce deberá colocarse vertical, tratando de que sobresalga unos tres centímetros del borde del recipiente y sumergiendo la parte que muestra el cuello donde se unía el tubérculo con la planta originaria. Una vez dispuesta así, se llena el frasco con agua y se lo ubica a la luz, no requiriendo otros cuidados que la reposición diaria del agua a medida que se absorba o evapore.

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Los tallos y las hojas se extenderán al cabo de dos semanas formando una atractiva cascada verde.

En aquellos sitios donde ya existan otras plantas de interior cuyo color predominante sea el verde, se puede incluir una remolacha (Beta vulgaris) para aportar una nota de rojo vegetal.

La forma de realizar este cultivo como planta de interior es similar a la de la batata. El contenedor deberá tener características idénticas al caso anterior en cuanto a la estrechez de la boca, para que la base de la extensión de los tallos cuente con un apoyo firme.

Como el período de germinación y desarrollo es bastante parecido, será fácil prever una composición de color donde alternen el verde claro de la batata con el rojo de la remolacha, alternando con el amarillo claro de la madera, el marrón de los cerámicos o la terminación oscura de algunos muebles.

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Las gramíneas también pueden aprovecharse como plantas ornamentales de interior. Por ejemplo, para lograr un buen efecto con un choclo (Zea mays) se debe conseguir uno grande y que ya esté bien amarillo.

Luego se prepara una maceta alta, de la misma altura que la mazorca, echando sobre el fondo una pequeña capa de piedritas de dos o tres centímetros de espesor, a las que se le agregarán algunos pedacitos de carbón de leña. Sobre esta capa se echará la tierra fértil.

Cómo cultivar choclo como planta de interior

A continuación se entierra el choclo en sus dos terceras partes y presionar un poco la tierra antes de darle un riego liviano. Conviene ubicar la maceta en un sitio bien iluminado y que no sufra de excesos de frío o calor.

El riego diario debe ser moderado, sin encharcar la tierra, hasta que al cabo de una semana o diez días se verá despuntar un brote de color verde brillante que crecerá hasta alcanzar la foma alargada del follaje del maíz, tan decorativo como las hojas de las dracenas.

Ruben
Ruben

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