La arpillera puede ser un buen recurso para mantener un huerto o jardín en perfectas condiciones durante la temporada otoñal, a través de distintas técnicas y usos que no requieren mucha inversión de dinero, tiempo o trabajo.
En primer lugar, es interesante recordar cuáles son las ventajas que puede ofrecer este material a los jardineros y horticultores.
- Resistencia: La arpillera tiene el doble de la fuerza que tiene la tela doméstica normal. Típicamente hecha de yute (una fibra vegetal cultivada naturalmente usada para materiales que requieren mucha resistencia), la arpillera tejida es lo suficientemente fuerte como para soportar las presiones de peso y las condiciones climáticas más duras.
- Porosidad: Dado que el material se teje, el producto final resulta ser poroso. Aunque esto sería un aspecto negativo si fuera necesario, por ejemplo, contener el agua, para las necesidades de un jardinero los agujeros pueden ser una opción útil.
- Economía: La razón de que la arpillera sea una alternativa interesante para todos los entusiastas del cuidado del césped es porque es rentable. Aunque se puede comprar nuevo en tiendas, este material también puede obtenerse de segunda mano a un precio más bajo.
Uno de los usos más comunes que se le da a la arpillera en huertos y jardines es la de protección de arbustos y otras plantas de las heladas.
En algunas regiones, el otoño puede manifestarse con temperaturas frías durante la mañana y cálidas durante la tarde, produciéndose escarchas durante la noche. Para evitar que la helada afecte la salud de las plantas, se las puede envolver con arpillera.
Para ello, se deben enterrar de tres a cuatro estacas de madera en el suelo en un espacio circular alrededor de la planta a proteger. Luego, basta con envolver el material alrededor de las varas, encerrando a la planta para conservar el aire caliente en el interior. Finalmente, se sujeta la tela con una cuerda o broche para que permanezca en su lugar.
En el caso de aquellos jardines con muchos árboles puede necesitarse una manera sencilla de recoger las hojas caídas durante el otoño. Para ello es suficiente con extender una capa de arpillera en el suelo, manteniéndola en su lugar colocando objetos pesados (piedras o ladrillos) en sus extremos.
Ahora, en vez de rastrillar en montones como se acostumbraba hacerlo, se arrastran las hojas hasta depositarlas sobre la arpillera para luego levantar y juntar los extremos para su transporte. Como este material es un tejido resistente naturalmente, puede sostener el peso y la presión mejor que los plásticos y es una gran herramienta de origen natural para el trabajo durante el otoño.
Uso de arpillera para proteger el suelo después de la cosecha
Otro uso que se le da a la arpillera en huertas durante el otoño es la de cobertura del suelo después de la cosecha. Luego de la recolección de hojas, raíces o frutos, es imperativo proteger la tierra una vez que las plantas han sido removidas, ya que las condiciones climáticas otoñales pueden mermar y erosionar la humedad y los nutrientes preciosos.
La solución más fácil a este problema es cubrir el suelo con una simple capa de arpillera, fijándola con estacas o pesos en cada esquina para evitar que el viento la levante.
Muy interesante el uso de la arpillera.