Cómo preparar el jardín para la llegada de la primavera

El arribo del tiempo primaveral se hace evidente en un jardín cuando la mayoría de las plantas que lo habitan salen de su letargo y recuperan su aspecto más vigoroso y colorido. Pero para que ello sea posible, es necesario aprovechar las últimas semanas del invierno para llevar adelante una serie de actividades sencillas que a la vez pueden servir para alejar al estrés, como cuidar el césped, aplicar fertilizantes, trasplantar ejemplares, y realizar trabajos de poda.

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Cuidar el césped:

Cuando el jardín tiene una especie de césped propia de estación cálida, es necesario realizar un trabajo de escarificado para soltar la capa de fieltro que se ha formado con las hojas muertas, restos de tierra y raíces, que dificulta el paso del agua, el aire y los nutrientes y que puede fomentar la aparición de hongos.

Este trabajo puede realizarse en forma manual, utilizando un rastrillo con el cual se araña la tierra, o recurriendo a la ayuda de una máquina escarificadora. En ambos casos, la tarea debe hacerse en dos pasadas, una entrecruzándose con la otra, para asegurar una completa remoción del fieltro.

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El mejor momento para realizar el escarificado del jardín es cuando ya han pasado las etapas más rigurosas del invierno y cuando se registran temperaturas que oscilen entre los 15 y 18 grados. Siempre es recomendable humedecer el césped antes de comenzar a trabajar, y que el mismo esté recortado a una altura que no supere los cinco centímetros.

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Retirar las malas hierbas

Un mes antes de la llegada de la primavera, ya se puede comenzar a localizar y eliminar a las malas hierbas que crecieron en el jardín durante las temporadas frías.

Estas huéspedes indeseadas se pueden arrancar manualmente, con la ayuda de una pequeña pala o azada de jardín, siendo conveniente que el suelo se encuentre los bastante húmedo para ayudar a que las raíces salgan con más facilidad. También se pueden utilizar otras herramientas, como las gubias de jardinero o los desterronadores-escardillas, siendo estos últimos muy útiles también para preparar las camas de siembra.

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Podar las plantas

Los arbustos, setos, rosales y trepadoras en un jardín serán los principales destinatarios del trabajo de las tijeras, sobre todo en la última quincena de agosto (en el hemisferio Sur). En el caso de los primeros, éstos deberán recortarse hasta que tengan una altura máxima que no supere el medio metro.

Las ramas sobrantes, dañadas o marchitas de los rosales deben cortarse antes de que broten las yemas, justo por encima del lugar del injerto. Los setos suelen podarse  manteniendo solamente las ramas principales hasta un largo que vaya de los 50 centímetros al metro, mientras que las especies trepadoras pueden someterse a la poda de sus ramas laterales hasta por encima de la quinta yema.

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Ruben
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