Tal como se prometió en un post anterior, en este artículo se mostrará una manera sencilla de fabricar una maceta colgante invertida mediante el reciclado de una cubeta de plástico, aunque esta técnica también puede aplicarse a contenedores de otro material o de menor tamaño.
Para realizar este tipo de cultivo, cuyo nombre más acertado sería «de crecimiento invertido», se necesitará una cubeta o balde 11 litros con tapa, tierra de maceta enriquecida con compost, y la planta, teniendo en cuenta que existen algunas especies que se desarrollan mejor que otras si son cultivadas «al revés».
Es importante que el contenedor a utilizar no haya sido usado para guardar materiales tóxicos, sobre todo si se piensa usarlo para albergar plantas comestibles. En caso de que no haya contenido ese tipo de carga, igualmente debe ser enjuagado por dentro y por fuera con una solución compuesta por una parte de cloro en nueve de agua para desinfectarlo.
A continuación se perfora un agujero de unos 5 centímetros de diámetro en el centro de la parte inferior, que será el lugar por donde pasará el tallo de la planta. Luego se recubre el interior de la base con una hoja de periódico, un pedazo de tela o filtro de café para evitar que la tierra caiga a través del agujero.
Debido a que las macetas invertidas van a estar colgando, es mejor que su contenido no tenga mucho peso, por lo que conviene rellenarlas con mezclas de suelos ligeros para macetas, algo que también permite que el exceso de humedad drene con facilidad.
Por lo general, se recomienda que dichas mezclas contengan turba, mantillo, perlita o vermiculita. En caso de utilizar un sustrato con fertilizantes, no será necesario alimentar los ejemplares recién trasplantados durante el primer mes.
Maceta invertida: Plantación en una cubeta plástica
La plantación en una maceta invertida puede hacerse de dos maneras: con la cubeta vacía (la más recomendable) o ya rellena con el sustrato.
Plantación en cubeta vacía: Para plantar antes de agregar el suelo, se cuelga el balde y la parte aérea de la planta se inserta a través del orificio desde el interior, de manera que los tallos y hojas quedan colgando afuera y la raíz adentro.
En este punto se puede utilizar un trozo redondo de espuma con un agujero en el medio que rodeará la base de la planta desde el interior de la cubeta para ayudar a aquella a mantenerse en su lugar.
A continuación se añade la tierra, llenando hasta un tercio y reafirmando el suelo alrededor de las raíces. Luego se riega las plantas antes de seguir añadiendo el sustrato hasta completar los dos tercios de la capacidad.
Plantación en cubeta rellena: Si el sustrato ya se encuentra en el balde, se coloca la tapa en la parte superior y se pone el contenedor de lado, insertando con cuidado las raíces de la planta a través del orificio.
En ambos casos, una vez terminada la plantación, se debe colgar la maceta invertida de un gancho resistente en un lugar que reciba de 6 a 8 horas diarias de sol, aunque esto último dependerá de la especie cultivada.
En un próximo post se detallará cuáles son las plantas que mejor se adaptan a la modalidad de cultivo en macetas invertidas.