Todo sobre el cultivo y cuidado de rosales

A pesar de que muchas personas tienen la idea de que los rosales son muy difíciles de mantener, se trata de arbustos que simplemente necesitan el cuidado apropiado, al igual que cualquier planta. En esta nota te presentaremos algunos consejos para su cultivo y cuidado.

Lo primero es preparar la tierra para un transplante exitoso. La tierra es un factor muy importante, ya que de ella depende la correcta nutrición de la planta. Lo ideal es preparar una mezcla de compost y tierra negra por partes iguales, esta permitirá adelgazar la textura de la tierra negra de tal manera que evite la formación de costra en la raíz y el tallo permitiendo al rosal absorber fácil y rápidamente todos los nutrientes. Una vez preparada la tierra, debe cavarse un agujero por planta, de entre 40 y 50 cm. de profundidad. Se debe procurar que los ejemplares no estén demasiado juntos para que el aire pueda circular entre ellos y el sol les llegue parejo. Entre 1,5 y 2 m. es la distancia adecuada, pero no más de eso ya que la cercanía de los arbustos favorece la mutua protección.

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Los primeros días después del trasplante, deberá regarse dos veces al día, ya que necesitará abundante agua. Después de que el rosal recién trasplantado muestre hojas nuevas y de buen color, el riego será una vez al día, de preferencia en la mañana muy temprano o en la noche. Si bien los rosales grandes pueden resistir algunos días sin riego, esto no es aconsejable, especialmente en verano. En ningún caso debe permitirse que la tierra se seque completamente. El riego debe ser abundante pero sin potencia en el chorro. Por eso se recomienda el uso de regaderas o atomizador y evitar encharcamientos para impedir que se pudra. Nunca se deben mojar las hojas y flores en horas de mucha luz, ya que las gotas que quedan suspendidas sobre ellas pueden actuar como lupas respecto al sol y quemarlas. Si se utiliza pulverizador, lo mejor es hacerlo al atardecer o al amanecer.

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En sus primeros dos años de vida, se aconseja abonar los rosales cada seis meses. Una vez que están más fuertes, será necesario hacerlo sólo una vez por año. El mejor abono que puedes usar para tus rosas es el estiércol. Si no, echa mantillo, turba negra, guano u otros abonos orgánicos de calidad. Hoy día, hay a la venta sacos de estiércol que no huele mal y compuestos orgánicos preparados interesantes. Se deben aplicar tres kilos por metro cuadrado, enterrándolo un poco con la azada, pero no muy profundo. Lo mejor es abonar hacia finales del invierno o principios de primavera. Ésta es también la época de poda, que debe realizarse antes del abono.

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Cristian
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