El malvón de olor (Pelargonium odoratissimum), también conocido como malva de Egipto, es una planta perteneciente a la familia de las Geraniáceas nativa del Sur de África, que se distingue por el alto contenido de esencias aromáticas en sus hojas, que son aprovechadas por la industria del perfume.
Otra razón por la que esta especie es muy buscada para su cultivo en jardines es que se adapta sin dificultades a distintos climas (incluidos los áridos) y a suelos pobres en nutrientes, además de demandar poca agua para su desarrollo.
El malvón de olor es una planta perenne pequeña, de 30 a 50 centímetros de altura, con un tallo principal grueso y corto de textura áspera y escamosa, y con raíces algo tuberosas.
Las hojas se presentan lobuladas y cubiertas de una densa pilosidad de tono grisáceo que las hace agradables al tacto, y miden de 2 a 3 centímetros de diámetro. Son de color verde y tienen un fuerte aroma combinado de manzana y menta.
Las flores suelen estar presentes durante todas las estaciones del año, a excepción del verano, son blancas o ligeramente rosadas y pueden medir de 1 a 2 centímetros de diámetro.
Como ya se dijo, el malvón de olor se cultiva con facilidad, es bastante adaptable y se trata de una planta que luce muy bien en prácticamente cualquier jardín o en macetas en balcones, terrazas y pequeños patios.
La reproducción de esta especie se realiza sin dificultad a partir de semillas o esquejes. Estos últimos se propagan en cualquier momento del año, pero preferiblemente después de florecer y producir semillas. Por lo general, se toman gajos de tallos semi-maduros de 15 centímetros de largo y se aplica en la base de los mismos una hormona para estimular el enraizamiento.
Luego se colocan los esquejes de malvón de olor en una bandeja de propagación con cavidades individuales, guardándose en un ambiente frío o bien iluminado y fresco. Después de que las estacas hayan enraizado, se los puede plantar en macetas con buen drenaje, pudiéndose abonar con un fertilizante líquido a base de algas marinas.
Malvón de olor: Propagación por semillas
Las semillas se siembran en primavera, preferiblemente en una mezcla de arena, estiércol de caballo o resaca y tierra negra en partes iguales y enriquecida con materia orgánica. Las semillas se esparcen sobre el sustrato de manera uniforme y a una profundidad equivalente a una vez y media el tamaño del grano y se cubren con una capa de arena blanca y limpio o en su defecto corteza de pino finamente molida.
A continuación, se riega bien pero con suavidad para que el agua no lave la tierra, y se coloca en un lugar ligeramente sombreado.
La germinación se produce habitualmente dentro de las cuatro semanas siguientes a la siembra.
Ambas técnicas de propagación tienen sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, los malvones de olor cultivados a partir de semillas son más vigorosos que los reproducidos a partir de esquejes, pero pueden demorar más en producir flores.
