La Veronica austriaca es una planta herbácea originaria de Europa y Asia oriental que se desarrolla con forma de estrella y con flores intensamente azules, que resulta ideal para cultivar en jardines de roca, cestas colgantes o como cubierta vegetal de muros bajos,de jardines de roca.
Esta planta crece como una planta herbácea perenne que puede alcanzar alturas de entre 15 y 25 centímetros, y raramente puede llegar a los 50 centímetros. de sus tallos arqueados brotan hojas lanceoladas, sésiles o con tallo corto, y de bordes dentados.
La Veronica austriaca se puede multiplicar por división del cepellón cada dos o tres años a principios de primavera, mientras que en algunas zonas es posible hacerlo en otoño. También se puede reproducir mediante la recolección de semillas de ejemplares ya existentes, dejando que las vainas contenedoras se sequen en las plantas para luego abrirlas para retirar los granos que deberán guardarse cuidadosamente.
La inflorescencia de la Veronica austriaca se produce por lo general a mediados de de primavera o durante el verano, presentándose bajo la apariencia de racimos axilares conformados por pequeñas flores de color azul brillante que le otorgan una belleza particular que a la vez constituyen un gran atractivo para los colibríes y las mariposas.
Además de su aspecto estético, esta planta resulta interesante para los aficionados a la jardinería por la facilidad de su cultivo, ya que puede crecer sin inconvenientes en casi todo tipo de suelo, incluidos los pobres, aunque es muy agradecida si se la entierra en un sustrato moderadamente enriquecido con materia orgánica y bien drenado, y ubicada a pleno sol (hasta seis horas de luz solar directa al día) o a semisombra.
La Veronica austriaca demanda un horario de riego regular durante la primera temporada de cultivo, a fin de que se pueda establecer un sistema radicular amplio y profundo, evitando siempre de que el suelo quede excesivamente húmedo.
Veronica austriaca: Poda
Para darle una apariencia más limpia, es recomendable eliminar los tallos y flores viejas una vez terminada la floración. Esta poda también ayuda a revitalizar y estimular un nuevo crecimiento del follaje, con la posibilidad de obtener una nueva floración intermitente a fines de verano o principios de otoño.
Otra de las características de la Veronica austriaca es que hasta el momento ha demostrado no tener grandes enemigos en el mundo natural, ya que no constan registros de grandes problemas causados por la aparición de plagas o enfermedades.
