Zapallo criollo: Cultivo y cuidados

El zapallo criollo o Cucurbita maxima es una hortaliza originaria de América y constituye una de las cuatro especies domesticadas del género para el consumo humano. Esta planta herbácea tiene la virtud de que puede cultivarse con bastante facilidad, y es capaz de dar uno de los frutos más grandes del reino vegetal.

cucurbita maxima_1_Autor: RoRo

Los distintos cultivares de zapallo criollo son anuales y vivaces, con tallos flexibles y trepadores (aunque hay algunas excepciones), y presentan hojas en forma de corazón (cordiformes) y constituidas por cinco lóbulos y nervaduras bien definidas. Sus flores tienen pétalos carnosos y, por lo general, son amarillas o de tono anaranjado y también se pueden consumir.

El fruto de esta especie se muestra como una baya de forma más o menos esférica, con una cáscara gruesa cuyo color varía de acuerdo con la variedad cultivada (gris, verde, naranja, etc.), mientras que la pulpa es generalmente amarillo-anaranjada, con un sabor dulce, consistencia densa y textura firme.

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Los suelos más aptos para el cultivo del zapallo criollo son los franco arenosos y profundos, aunque también pueden desarrollarse bien en terrenos pesados, siempre que cuenten con una buena dosis de materia orgánica y bien fertilizados. Se desaconsejan los suelos arcillosos y poco permeables, ya que éstos dificultan el desarrollo de la raíz y pueden estimular la aparición de hongos y bacterias que terminen enfermando a la planta.

El momento más conveniente para la siembra de la semilla del zapallo criollo es cuando han pasado las heladas invernales, con una temperatura de suelo mínima de germinación que vaya de los 10 a 15 grados centígrados. Para favorecer que las semillas germinen rápida y uniformemente se debe proceder a su rehidratación, colocándolas en una bolsa permeable y sumergiéndolas por cuatro horas en un contenedor (balde o bidón) con agua limpia, y luego retirarlas y dejarlas escurrir hasta el día siguiente. Esto no sólo ayuda a una mejor manipulación al momento de la siembra, sino que también le da a la semilla una cuota de humedad que es importante para el proceso de germinación.

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Cultivo del zapallo criollo: Frecuencia de riego y cosecha

Durante el desarrollo del cultivo, es necesario mantener la humedad del suelo, por lo que se recomienda aplicar de cinco a diez riegos durante todo el ciclo de producción, dependiendo del tipo de terreno y de las características meteorológicas de la zona.

Flor y fruto incipiente de una planta de zapallo (Foto: Evelyn Simak)
Flores y fruto incipiente de una planta de zapallo (Foto: Evelyn Simak)

Por lo general, los frutos del zapallo criollo se cosechan seis meses después de su siembra, cuando el cambio de coloración (desaparece el verde) y textura indican que los mismos ya están maduros.  El corte de los frutos se hace con serruchos o tijeras dejando un trozo de pedúnculo.

Ruben
Ruben